La selección de Venezuela desaprovechó la oportunidad de avanzar por anticipado a los dieciseisavos de final del Mundial de futbol sub17, tras empatar con Egipto (1-1) en la segunda jornada del grupo E, pese a jugar en superioridad numérica durante la última media hora del partido disputado en la cancha 5 del Aspire Zona, ubicado en Doha, Catar.
La oncena venezolana jugó un primer tiempo correcto, con manejo de pelota y presencia constante en el área contraria, y consiguió la ventaja en el marcador muy temprano, al minuto 18, con un frentazo del espigado defensor Marcos Maitán, tras un servicio desde la esquina de Yerwin Sulbarán, pero cayó en desorden tras la reanudación, una vez el seleccionado africano se le fue encima, y permitió el tanto de la igualdad, al 54, cuando Hamza Abdelkarim, en una de esas tantas veces en que la Vinotinto quedó mal parada, conectó de cabeza un centro y fusiló al portero Alan Vásquez.
La tropa de Oswaldo Vizcarrondo le marcó tres dianas a la poderosa Inglaterra en su compromiso de estreno, pero, paradójicamente, en su segunda presentación le costó hacerle daño a un representativo que en el papel lucía más débil.
Claro está, el contexto de este duelo era diferente al del debut. Frente a los ingleses, con un módulo 5-3-2, el equipo venezolano tuvo menos la pelota, pero supo como saltar la presión, atacó en transición y, con espacio y tiempo para la maniobra, encontró el camino para anotar un trío de dianas.
En el caso del careo contra Egipto, la Vinotinto se encontró con otro planteamiento. Con un esquema diferente, 4-2-3-1, el mismo que uso en el pasado Suramericano, Venezuela tuvo que hacerse responsable del balón y desde la posesión buscar la fórmula para vulnerar la defensa rival.
De nuevo, lo consiguió en un primer tiempo en el que Marco Libra, con su salida limpia y su visión de juego, y Sulbarán, desequilibrante por la izquierda, anduvieron con las luces encendidas y se hizo mérito para, incluso, irse al descanso con una diferencia más amplia.
Poco después del empate de Egipto ocurrió una acción que parecía abrirle las puertas del triunfo a Venezuela. Una plancha de Mohamed Hamad al estómago de Libra fue sancionada por el principal con tarjeta amarilla, decisión que revirtió y cambió a roja, tras la solicitud del challenge del atento cuerpo técnico de Venezuela. El árbitro observó la jugada en el monitor y determinó la expulsión del mediocampista egipcio, cuando el cronómetro marcaba el minuto 60.
Aunque parezca mentira, a partir de ese momento Venezuela entró en un terreno de intrascendecia y fue poco lo que pudo hacer en ataque durante la última media hora y el agregado. Egipto armó un bloque bajo y, con sus líneas muy juntas, cerró todos los caminos a una Venezuela que no pudo filtrar pelota alguna de peligro y se quedó con las ganas de hacer valer su superioridad numérica.
Dentro de lo amargo del resultado, la buena noticia para el elenco nacional es que sigue de segunda en la clasificación de zona, con pie y medio en la siguiente instancia del torneo. Tiene 4 puntos, los mismos que Egipto, e incluso similar diferencia de goles, pero con menos tantos anotados, mientas que Inglaterra, que goleó a Haití, escaló al tercer peldaño con tres contables.
El próximo partido de la Vinotinto será el lunes 10 de noviembre frente a la débil Haití. Un triunfo allí le permitirá terminar como primera de grupo y esquivar un contrincante de peso en la venidera etapa, a la que se meten los dos primeros de cada una de las 12 llaves, más los ocho mejores terceros lugares.
Por Carlos José Méndez / Foto: Conmebol
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