La imagen que mostró Guaiqueríes de Margarita en el primer partido de la serie se repitió en el segundo. Nada cambió, al menos para bien; y por ende, Gladiadores de Anzoátegui los barrió y eliminó en los cuartos de final de la Superliga de Baloncesto (SLB). El conjunto anzoatiguense hizo todo bien, mientras que los margariteños se fueron al otro extremo. Cometieron un sinfín de errores que no podían conducir a otro camino a los dirigidos por Edu Torres que no fuese el de la derrota.
La ronda regular fue casi perfecta para los isleños. 10 victorias, 2 derrotas y un segundo lugar muy valioso. En la primera ronda de postemporada enfrentarían a un equipo joven y en teoría con menos «armas» para hacer daño. Además aseguraron tener la segunda escogencia en la ronda de adiciones. Increíblemente, justo en el momento en el que debían convertirse en un equipo más fuerte, comenzó el declive.
Errores gerenciales
Guaiqueríes de Margarita seleccionó a Eduardo Ríos. Fue su única adición. Decidieron no usar se derecho de sustituir a algún jugador. La elección puede justificarse, de sobra. El alero perteneciente a Cangrejeros de Monagas promedió 10.1 puntos y 7.3 rebotes por juego. No obstante, Anthony Pérez y Edgar «Petare» Martínez eran su competencia. Y la «Tribu» tenía otros huecos que tapar.
Edu Torres confió en Luis Carrillo como su pívot principal. «El Cirujano» fue imán para los rebotes, pero como anotador no es fiable. Su reemplazo natural era el novel Alí Mata, quien no gozó de mucho tiempo en la duela. Con jugadores como Tulio Cobos o Gregory Curvelo, Guaiqueríes podía haber dado un salto de calidad ofensivamente hablando.
Un lanzador también hubiese sido de gran ayuda, especialmente luego de ver el espantoso 11/42 en cestas triples (26.1%) que tuvo el conjunto local en la serie ante Gladiadores. Jesús Tovar (23C3, 39% de acierto) y Leonardo Cappare (17C3, 34% de acierto) eran opciones de lujo.
El craso error de la dirigencia se hace más evidente al ver a Eduardo Ríos quedarse en el banquillo prácticamente toda la serie. Jugó menos de dos minutos. No influyó ni para bien ni para mal. Adición desperdiciada.
Edu Torres: responsable
El coach de Guaiqueríes de Margarita también cometió muchos errores. Tiene cuota de responsabilidad por la adición de Eduardo Ríos. Pero obviando el ya mencionado punto, en medio de los partidos el español no fue capaz de realizar los ajustes necesarios para cambiar el mal juego de su equipo.
41 pérdidas sumó la Tribu en los dos juegos de cuartos de final. Jesús «Zancudo» Centeno solo jugó 9:29 en total, sin cometer pérdida alguna. Aunque Centeno no esté al 100% ni sea aquel jugador que tocó el cielo con Cocodrilos de Caracas, seguía siendo capaz de solucionar en estos momentos. «Zancudito» Mijares no pudo cumplir a cabalidad con la conducción del equipo, sufrió enfrentando al líder en robos de la SLB, Osmar Álvarez.
Tampoco se explica -excluyendo el hecho de acortar la rotación- la falta de minutos de Anyelo Cisneros, quien peleó canasta a canasta con Garly Sojo por ser el mejor joven de la competición. Llegó a préstamo de Diablos de Miranda, promediando 16.7 puntos y 10.0 rebotes por juego. Por obvias razones no iba a ser titular, pero cuesta asimilar que haya sido relegado a la octava o novena opción, contando con tantos puntos en la mano.
La lista de errores concluye con la ineficaz reacción en la «chiquita». Edu Torres animó mucho a sus dirigidos, pero los corrigió poco. En la pizarra y desde la línea lateral eran más las palabras motivadoras, que no están mal, pero que no bastan. Guaiqueríes de Margarita hizo mucho para perder, y Gladiadores de Anzoátegui no lo desaprovechó.
Escrito por: Jorge Fernández / @SirGeorgeF.
Foto: Superliga de Baloncesto.