Harden, Dort y la paradoja que definió el Houston-OKC

El baloncesto nunca deja de sorprendernos. Este miércoles, en el juego 7 entre Houston Rockets y Oklahoma City Thunder, una situación muy paradójica decantó la balanza a favor de los texanos. La protagonizaron James Harden y Luguentz Dort. Un candidato al MVP y un novato que no fue seleccionado en el draft. Semejante contraste nos da una pequeña pista.

 

A estas alturas todos sabemos qué ocurrió, pero no está de más mencionarlo: Rockets arriba por uno, posesión para OKC y menos de cinco segundos en el reloj cuando Dort recibió el balón. El novato, quien tuvo una noche fantástica, no pudo cerrar la historia con un final feliz, pues fue bloqueado por Harden. Luego tomó el rebote, pero antes estaba pisando la línea lateral y la posesión pasó a ser de los «Cohetes».

 

 

 

Prácticamente no hace falta decir más. La jugada nos describe la paradoja perfectamente. Pero contextualicemos un poco más: Dort debutó en postemporada en el juego 2, y desde entonces fue el encargado de marcar a Harden. Lo hizo tan bien como pocos. Asfixiante, sin caer en las trampas de éste y sin miedo alguno.

 

Justamente el séptimo partido fue el peor de Harden: 17 puntos, 4/15 en tiros de campo, 1/9 en triples. En este punto culminante de la serie, cuando más se esperaba su aporte ofensivo, el letal anotador pasó a verse muy «tímido». Efecto Dort. Más de una vez pasó el balón sin atacar la canasta, sin intentar siquiera pasar esa muralla. Simplemente no podía domar a una bestia.

 

Caso contrario ocurrió con el canadiense de raíces haitianas. Fue el mejor partido de su naciente carrera. Sumó 30 puntos, incluyendo 6 triples. Claro está, no puede compararse con el resto. Houston defendía de manera que el tiro abierto siempre le quedase a Dort. Aunque en esta oportunidad no contaban con que iba a encestar más que todos.

 

Harden hizo de Dort

 

Así que Harden tuvo que hacer de Dort para salvar la temporada, e incluso parte de su legado. La importancia del tapón va más allá de la serie. De alguna forma «The Beard» logró tapar un poco su pobre partido ofensivamente hablando. El barbudo llegó con antecedentes bastante cuestionables en partidos vitales. Caer eliminado con una mala actuación ante un OKC que no se preparó para ir por el anillo -a diferencia de Houston- era demasiado. Esa gota no solo iba a derramar el vaso, iba a causar una inundación.

 

Pasó de ser eliminado por un equipo en reconstrucción a regalarle la foto de portada a todos los medios con una mirada de euforia y desahogo. Finalmente pudo superar a la bestia… en el terreno de ésta. Hoy lo puedes criticar, sí, pero no crucificar tras haber cumplido con una parada defensiva en un momento de vida o muerte.

 

Mientras que Dort probablemente se recriminará todo un año por no haber hecho una finta de tiro para liberarse de un Harden sin frenos. Injusto es poco. Después de mantener viva la serie, un final tan cruel solo podía ocurrir en el deporte. Para él, ya no tendrá importancia la clase defensiva que dio, la jugada del tapón dará vueltas en su mente. Esperemos que lo tome como motivación para venideros enfrentamientos que con seguridad vendrán, su futuro es emocionante.

 

James Harden y Luguentz Dort nos dieron un gran ejemplo de que nada está escrito en el baloncesto. Nunca demos nada por sentado. Para algunos, un héroe y un villano; para mí, una leyenda que no podía permitirse esta derrota y que le dio la primera gran lección a un novato que tiene potencial para ser especial.

 

 

Escrito por: Jorge Fernández / @SirGeorgeF.
Foto: Houston Rockets / @HoustonRockets.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba