Salir de barrios pobres y ascender en la escala social siempre ha sido difícil, y Sergio Mijares (Miranda, 1997) lo tenía claro. Pero lo que empezó como una diversión, modelada por su padre, se convirtió en trampolín.
Hoy, el escolta venezolano es figura relevante de Leones de Quilpué, subcampeón de la Liga Nacional de Básquetbol de Chile (LNB Chile) y último representante de la nación austral en la Liga Sudamericana de Baloncesto.
«Tuve mis metas claras desde pequeño», confiesa el nativo de Barlovento. «Representé a mi municipio y a mi estado en categorías inferiores y supe que eso incidía en la esperanza de ser jugador profesional. Al mismo tiempo, gracias al rendimiento deportivo, se podía acceder a una carrera universitaria, y eso fue lo que hice».
Preparación académica de Mijares
Mijares culminó hace días sus estudios como kinesiólogo en la Universidad de las Américas y espera el acto de grado para la obtención del título.
- LA–¿Requiere constancia y disciplina jugar baloncesto profesionalmente y finalizar una carrera universitaria?.
- SM– Mucho. En lo personal me costó porque me tuve que adaptar a un sistema de estudio diferente al de Venezuela, lejos de casa, empleando recursos tecnológicos que no dominaba. Por fortuna me adapté y lo logré.
- LA-¿Cómo se dio tu llegada a Chile e ingreso a la universidad?
- SM-Vine a Chile tres veces a jugar torneos de categorías inferiores y la última vez le ofrecieron becas a dos compañeros. Desde entonces quedó el contacto. Yo tenía como 16 años. Al regresar a Venezuela terminé el colegio y empecé a estudiar Derecho, y dado el buen rendimiento de estos dos compañeros becados, les pidieron que recomendara a alguien más para otorgar una nueva beca, y ellos me recomendaron. Desde ese momento, en Venezuela, empecé a entrenar en la academia Nueva Esperanza del Baloncesto, del entrenador Deivis Seidel, en Caricuao, Caracas. Mi papá tuvo que hacer milagro para conseguir el dinero y el entrenador Seidel también hizo sus gestiones, adquirimos el pasaje y me vine. Gracias a Dios no desaproveché la oportunidad.
- LA–¿Leones es tu cuarto equipo en Chile?
- SM-Empecé con Alemán de Concepción. Fue el primer equipo que me dio la oportunidad de jugar profesionalmente, en Segunda División. Hice grandes amigos y para mí la amistad es uno de los mejores valores que tiene el deporte. Luego pasé a Liceo Curicó, que representó la primera vez que salí de mi «zona de confort». Y después me fui a Español de Talca. En Español de Talca, ya en Primera División, no fue la mejor temporada del equipo, pero fue una experiencia muy enriquecedora. Aún tengo contacto con directivos del equipo e hinchas del club. Y ahora con Leones estoy cumpliendo un sueño.
- LA–¿Leones es el actual subcampeón de la Liga, representaron al país en la Liga Sudamericana, son contendientes al título?
- SM-Estoy muy agradecido con Dios y con la organización. Es uno de los clubes más grandes de Chile. Las exigencias aquí son muy altas y me resulta motivador porque es el mejor camino para superarte.
- LA-¿Qué fue lo que más te llamó la atención de Leones desde que llegaste?
- SM-Que son muy detallistas y muy profesionales en todo, desde el trato para el jugador. En cuanto a la gestión del grupo hace foco en lo humano y a partir del respeto a la persona, el atleta se relaciona mejor con sus pares, se involucra en el proyecto y rinde más. El ambiente es muy agradable y estamos comprometidos con darle un título a la afición, que tanto se merecen.
Un pedacito de patria
Mijares pasó por el fútbol y el beisbol, pero se quedó con el básquet porque su papá y su hermano también jugaban, y al notar su evolución en las tardes en la cancha de La Nueva Trinidad (Mamporal), se incrementó su compromiso.
«Mi inspiración siempre fue mi papá», dice quien promedia 11,3 puntos, 3,1 rebotes y 2,3 asistencias en la incipiente temporada de la máxima categoría del básquet chileno. «No me inculcó jugar básquet, pero sí la práctica de deportes. Al verlo a él jugar lo tomé de ejemplo».
- LA-¿Estar lejos de casa y de la familia siempre es duro?
- SM-Sí. Tuve mucha suerte al encontrarme a los amigos que encontré en Concepción al llegar. Esos amigos me salvaron hasta del hambre -dijo emocionado-. Ellos no lo saben. Me faltará vida para agradecerles.
- LA–¿Cómo es un día promedio de Sergio Mijares?
- SM-Ya terminé la universidad, pero antes de terminarla me despertaba a las 6:00 de la mañana, preparaba mis cosas, llevaba a mi hija al jardín y de ahí me iba a estudiar primero y al internado (práctica profesional) después. Al llegar a Quilpué investigué para hacer el internado y encontré vacantes en Viña del Mar, así que esa fue otra bendición de haber venido a Leones. Luego del internado salía directo a entrenar, hacíamos sesiones de pesas y después el entrenamiento de equipo en cancha. Llegaba tarde a casa, comíamos, estaba un rato con mi hija y a dormir.
- LA-¿La tuya es una historia de inspiración y superación personal?
- SM-Como muchos. Hay venezolanos que no están haciendo las cosas bien aquí, pero muchos otros estamos dando el máximo para salir adelante, para mejorar nuestras vidas, para devolver a Chile todas las oportunidades que nos ha dado, para enorgullecer a nuestras familias y lograr nuestros sueños. Mi título universitario tendrá mi nombre, pero detrás de ese nombre hay tanta gente que lo ha hecho posible, como Dios, mis padres, mi novia, que me ha acompañado en todo momento; mi familia, mis profesores, los entrenadores que me han dado la oportunidad, mis amigos.
- LA-En Leones coincides con el venezolano Moisés Galaviz, te has enfrentado a tus compatriotas Deiker Salcedo (Universidad Católica), Luis Mérida (Las Ánimas), Juan Fontena (ABA Ancud) y Carlos Milano (Universidad de Concepción), ¿cómo es enfrentar a un connacional en Chile?
- SM-Con Moisés, tengo una excelente relación. Siempre bromeamos y usamos modismos venezolanos, la pasamos genial. Contra Deiker y Mérida han sido buenos duelos, tengo admiración y respeto por ellos. A Fontena lo conocí en Venezuela, porque fui a un campamento de Marinos de Anzoátegui cuando era juvenil y ya él era parte del plantel. Y con Milano tengo una relación especial. La primera vez que lo vi fue en la Copa Gran Concepción… «¿Este nos ‘Hallaca’?», pensé… Ahí nos saludamos… Imagínate, dos barloventeños jugando una copa en Concepción. Que Milano, tras haber logrado todo lo que ha hecho aquí, esté pendiente de mi bienestar, me emociona mucho.
Leones, invicto en tres partidos, se medirá este viernes con Sportiva Italiana en Quilpué, y Mijares culmina su entrenamiento. Terminó su carrera universitaria y está dando los primeros pasos en el básquet profesional. Esto recién comienza.
Escrito por: León Aguilar | Cuenta de X: @aguilar_leon
Foto: LNB Chile