Es común pensar inmediatamente en bateo cuando se habla de los Rockies de Colorado. Tener como casa el paraíso de palazos que es el Coors Field, además de una rica historia de toleteros de alto nivel como Andrés Galarraga, Todd Helton, Larry Walker y Nolan Arenado, generaría ese primer pensamiento en cualquiera.
Pero si bien no es errado asociar a dicho conjunto con una ofensiva incontenible, asumir que es una fortaleza absoluta sí que lo sería.
Los receptores de la tropa púrpura han dejado mucho que desear en los departamentos ofensivos durante los últimos años; en especial, desde que el actual dirigente del club, Bud Black, tomó las riendas en 2017.
En las cuatro temporadas que se han disputado desde entonces, el mandamás ha visto a sus caretas registrar un pobre OPS de .659 puntos, el segundo más bajo de toda la Liga Nacional en ese lapso (Padres, .651 OPS) y el vigésimo quinto en todo el beisbol.
Con la excepción del veterano Jonathan Lucroy, quien marcó una línea ofensiva de .310/.429/.437 tras ser adquirido por Colorado previo a la fecha límite de cambios en 2017, la posición dos ha sido una con intereses casi complemente defensivos para los Rockies.
Confianza absoluta en su nueva dupla:
Es allí donde el venezolano Elías Díaz, junto con el prospecto Dom Núñez, intentarán frenar de lleno la desalentadora tendencia en 2021. Ambos caretas tienen previsto compartir el tiempo de juego detrás del plato en la venidera contienda, en lo que hasta los momentos aparenta ser una estrategia que verá a cada uno recibir una cantidad similar de asignaciones titulares.
“Eso es lo que estamos esperando”, le comentó Black al portal oficial de la divisa recientemente sobre una mayor producción de sus caretas. “Con Elías y Dom, me gustaría pensar que hay potencial para más ofensiva allí. Realmente podría ser un puesto productivo para nosotros”.
Tanto Díaz, como Núñez, han dado motivos suficientes para respaldar las expectativas de su timonel durante la primavera. El venezolano lucía una línea ofensiva de .455/.478/.727, con tres dobles, un jonrón, seis empujadas, cinco anotadas y un OPS de 1.206 tras sus primeros nueve choques de la pretemporada.
Mientras tanto, el todavía novato también ha sostenido un gran ritmo en el cajón de bateo, mismo que lo llevó a conectar para .389/.476/.667, con un OPS de 1.143 en la misma cantidad de juegos que su colega.
El rendimiento de los máscaras de Colorado fue particularmente bajo en la recortada zafra anterior, en la que la mayoría del tiempo de juego se repartió entre Tony Wolters (.230 AVG) y Drew Butera (.154), dos jugadores que ya no se encuentran con la organización.
Núñez pasó toda la campaña pasada en el complejo alterno de los Rockies, donde compartió bastante con Díaz; sin embargo, el zuliano sí llegó a disputar algunos duelos en las mayores en la peculiar contienda – 26 para ser exactos – y dejó un promedio de .235, con dos bambinazos y nueve fletadas.
A pesar de los números poco llamativos de hace algunos meses atrás, Díaz, de 30 años de edad, ha demostrado que es capaz de batear en el máximo nivel, tal como se reflejó en 2018 con los Piratas, cuando ligó para .286, con 10 vuelacercas y 34 remolcadas en tan solo 82 desafíos.
Con la partida de Arenado rumbo a San Luis durante el receso invernal, la necesidad de la franquicia de generar ofensiva desde cada punto del diamante cobró aún más importancia, por lo que el retorno de aquella versión del criollo caería como anillo al dedo en los planes de Black.
“La reputación de la ofensiva de los Rockies (en la receptoría) es algo negativa”, admitió Díaz. “Los dos somos toleteros de fuerza y queremos brindarle nuestro bate al lineup”.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Denver Post.