El impacto de Miguel Cabrera en el terreno de juego es indudable. Su nombre es sinónimo de grandeza en el mundo beisbolero y no hay forma de discutirlo. Y si alguien llegase a cuestionar su majestuosidad, ahora basta con echar un vistazo hacia el jardín izquierdo del Comerica Park, en la parte más profunda, donde los Tigres colocaron un par de pancartas en las que llevarán el conteo regresivo del toletero venezolano hacia los 3.000 imparables y los 500 jonrones.
En un choque frente a los Orioles el jueves, «Miggy» sacudió tres incogibles, dos de ellos cuadrangulares, para recortar camino rumbo a ambas hazañas. El maracayero llegó a la faena de este viernes con 2.939 hits y 497 bambinazos en una carrera que cursa su décimo noveno año en las Grandes Ligas.
«Cuando estaba caminando hacia el bullpen hoy (jueves), vi los números que está persiguiendo. Son increíbles», le dijo a MLB.com el lanzador Alexander Wells, abridor de Baltimore en esa faena y quien recibió el primero de los dos vuelacercas del criollo.
El serpentinero australiano es tan solo uno de varios jóvenes que no dan por sentado la presencia del dos veces ganador del MVP en el beisbol de hoy en día. Los mejores años de Cabrera ya están en el pasado, pero poder observarlo sumar una que otra jornada como la del jueves, es un verdadero deleite para miembros de esta nueva camada del deporte.
«Crecí viéndolo jugar», continuó Wells. «Quedé un poco deslumbrado cuando entró al plato y el público comenzó a aplaudirlo. Sabía que mi trabajo era seguir concentrado y atacarlo como a cualquier otro bateador, pero es asombroso enfrentar a un tipo como él«.
Y si la experiencia de ver al 11 veces All-Star perseguir semejantes récords resulta llamativa para los jóvenes de otras organizaciones, ¿qué decir de aquellos que comparten dugout con él todos los días?
«Es muy divertido para mí poder verlo en persona», señaló el prospecto Casey Mize. «Porque no es algo que pensé que iba a poder hacer cuando era niño. Es increíble que lo esté experimentando», añadió.
Efecto recíproco:
Lo más impresionante de todo, es que este grupo emergente no solo se inspira de Cabrera, sino que también sirve como una inyección de energía para un pelotero que tiene más que seguro su cupo en el Salón de la Fama de Cooperstown.
«Está jugando con muchos jugadores jóvenes que quieren divertirse», indicó el infielder Jeimer Candelario, quien ha sido su compañero de equipo desde 2017. «Quiere que nosotros tengamos confianza, que seamos nosotros mismos. Como dice MLB, hay que dejar que los chicos jueguen. Él es como un chico más para nosotros y lo está disfrutando. Y en nuestro caso, es una gran oportunidad jugar con Miguel Cabrera y ver lo que ha hecho en su carrera».
Como ha sido tan característico en su trayectoria, los dos jonrones del astro venezolano el jueves fueron hacia la banda contraria. Para jóvenes y veteranos, esa es una clara señal de lo bien que Cabrera se está sintiendo en el plato actualmente.
«Cuando ves que hace eso, sabes que se siente bien», comentó el timonel de los bengalíes, A.J. Hinch. «En los momentos en que entra en estas rachas en las que conecta la bola con fuerza hacia esos lados, es porque está dejando pasar pitcheos que están cerca de la zona, pero que igual terminan siendo malos, y está controlando la cuenta. Todavía es una amenaza. Independientemente de lo que indiquen los números globales en los últimos años, es una amenaza cada vez que hace swing. Todavía es Miguel Cabrera«.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Detroit News.