Es la meta de todo lanzador, pero solo algunos cuentan con la habilidad suficiente como para hacerla una realidad. El venezolano Germán Márquez, sin lugar a dudas, es uno de esos soñadores con opciones certeras de alzarse como el mejor serpentinero de su liga y obtener un premio Cy Young.
Márquez, quien cumplió 26 años el pasado lunes, no esconde su deseo por convertirse en el tercer serpentinero venezolano en llevarse la máxima distinción para pitchers en la gran carpa, luego de que lo lograran Johan Santana (dos veces) y Félix Hernández. Además, el derecho de los Rockies podría erigirse como el primer criollo en hacerse del galardón en la Liga Nacional.
“Es una de mis metas”, le comentó Márquez al Denver Post la semana pasada. “He estado trabajando para ello desde hace cuatro o cinco años. Siento que si puedo mantenerme sano, lo voy a conseguir”.
Los comentarios del oriundo de San Félix llegaron luego de que su compatriota y compañero de equipo, el receptor Elías Díaz, le dijera a la prensa norteamericana que Márquez tenía madera de sobra para llevarse el premio en un futuro.
Un diamante que brilla con mayor fuerza cada día:
Las palabras de Díaz vienen llenas de argumentos, pues el diestro tiene una recta que promedia las 96 millas por hora, además de un devastador slider de 87 mph. y una curva de nudillos que frecuenta las 83 mph. Desde el 2018, los 373 swings fallidos de los contrarios ante su curva se ubican como la tercera mayor cantidad en las mayores.
Por si fuera poco, Márquez lideró a todos los brazos de la Liga Nacional con 81 entradas y dos tercios de labor en la recortada campaña anterior, en la que dejó una efectividad de 3.75, con un WHIP de 1.26. El potente lanzador criollo ponchó a 73 rivales y regaló 25 pasaportes.
Sin embargo, para acercarse aún más a su objetivo, Márquez tendrá trabajo por hacer este año. Sus resultados en las categorías de ponches por cada nueve innings (8.04, vigésimo octavo en MLB) y boletos (2.76, vigésimo séptimo en las mayores) no estuvieron en niveles elitescos.
Asimismo, una tarea pendiente para el venezolano es mejorar en sus apariciones en casa, algo mucho más sencillo de decir que de hacer, tomando en cuenta que el hogar de los Rockies es el temible Coors Field, ampliamente reconocido como un escenario que favorece a los bateadores.
En 2020, su efectividad en la carretera fue de 2.06, mientras que en casa marcó 5.68. Lo que ocurrió el año pasado básicamente fue un reflejo de su carrera en general, pues en sus cinco años como ligamayorista, Márquez registra un porcentaje de carreras limpias permitidas de 3.51 como visitante, pero la misma se eleva a 5.10 en Colorado.
Buscará evitar el desplome esta vez:
La buena noticia para el derecho es que, por lo general, suele ser solo una apertura horrorífica la que abulta su efectividad de esa manera en cada año. En la contienda anterior, la salida que castigó sin piedad a Márquez fue la del 20 de agosto ante los Astros, ofensiva que le fabricó 10 carreras limpias, con igual cantidad de imparables en apenas cinco episodios de labor. De no haber existido esa debacle frente a Houston, su efectividad en casa hubiese sido de 3.81.
Mientras tanto, hace un par de campañas, la fecha macabra para el criollo fue el 15 de julio, cuando la artillería de los Gigantes lo sometió con 11 rayitas limpias e igual número de incogibles en solo 2.2 innings sobre el ruedo.
Pero el talento de Márquez, que apenas coquetea con la etapa que suele ser catalogada como la mejor de cada carrera (entre los 27 y 30 años de edad), promete llevarlo a niveles impensables, que bien podrían convertirlo en el primer lanzador en la historia de los Rockies en ser electo como Cy Young.
“Lo que más me gusta es que los mánagers y coaches de la liga reconocen su talento”, dijo el timonel Bud Black sobre su serpentinero. “Cuando dirigentes, instructores y jugadores comienzan a hablar de Germán Márquez con otros lanzadores buenos de la liga, ahí sabes que lo está logrando”.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Denver Post.
