La historia deportiva de David Peralta es en verdad increíble. Hacer el cambio de pitcher a jugador de posición en medio de su carrera profesional, ganar dinero trabajando en restaurantes de comida rápida antes de alcanzar las Grandes Ligas y finalmente establecerse en el máximo escenario.
Gracias a su éxito en los últimos años, dicha aventura se ha ido regando lo suficiente como para ser de conocimiento público entre la mayoría de los aficionados al beisbol hoy en día.
Sin embargo, y a pesar de recolectar en el camino un Slugger de Plata y un Guante de Oro, el jardinero de los Cascabeles considera que su mejor versión en el terreno de juego aún está por llegar; después de todo, la evolución fue lo que lo llevó a hacer la transición más sabia de su carrera y la esperanza ahora es que la continuidad de ese proceso le permita alcanzar nuevos escalafones como bateador.
“Siempre quiero probarme. Sé que conecté para .300 (de promedio) el año pasado, pero estoy muy claro de que puedo ser mejor que eso”, le comentó Peralta al portal azcentral.com recientemente.
En efecto, si bien la campaña 2020 fue muy compleja para cada jugador por las circunstancias en las que se llevó a cabo, algunos peloteros mostraron mayores problemas que otros a lo hora de adaptarse a las nuevas condiciones, reglas y calendario. El clubhouse en general de Arizona no fue la excepción, aunque podría decirse que Peralta sí.
El valenciano, de 33 años de edad, dejó una línea ofensiva de .300/.339/.433, con cinco cuadrangulares y 34 carreras remolcadas. No fueron sus mejores números como ligamayorista, pero en un año tan atípico, muchos se considerarían afortunados con semejante desempeño.
Algo no estaba bien:
A lo largo de su trayectoria de siete contiendas en la gran carpa, todas con las serpientes, Peralta ha sufrido una buena cantidad de lesiones. A pesar de que el patrullero no indicó que padeciera alguna en 2020, sí dejó claro que no se sintió como de costumbre.
El venezolano pasó por quirófano en 2019 para reparar una lesión en su hombro derecho, lo cual limitó su trabajo de fortalecimiento durante el invierno.
En esta ocasión, Peralta confía en que una preparación más cercana a la normal le brindará mejores resultados en 2021.
“Tuve un receso entre campañas saludable. Eso me ayudó a poder hacer cosas esta vez que no podía hacer en la temporada muerta anterior por venir de una cirugía”, explicó.
Si el historial de recuperación del criollo sirve de guía, los Cascabeles contarán con gran producción de parte de su jardinero en esta venidera zafra. En plenitud de condiciones en 2015, Peralta saltó a la palestra como uno de los jugadores más productivos de la divisa, pero sus números sufrieron un bajón al año siguiente, mientras lidiaba con un problema en una de sus muñecas que necesitó operación.
En 2017, aún en el lento proceso de fortalecer su muñeca, el patrullero fue efectivo, pero todavía no regresaba a su forma de hace dos campañas. En 2018, completamente recuperado, Peralta regresó por todo lo alto, antes de otro bajón en la temporada siguiente, cuando jugó con la molestia en el hombro.
“Estoy saludable en su totalidad. Eso es lo que he estado buscando. Cuando estoy sano, sé que puedo ayudar mucho a este equipo. Estoy emocionado con respecto a este año”, señaló.
Más allá de los problemas físicos, Peralta tampoco escondió lo difícil que fue salir al terreno de juego día tras día en 2020, con la amenaza de la pandemia constantemente en sus pensamientos.
“Ha sido duro para mí. Odio decir esto porque aborrezco esta frase, pero así son las cosas”, dijo Peralta. “Me gustaría que pudiera ser diferente. Supongo que uno tiene que lidiar con estas cosas. Y sé que en algún punto todo va a mejorar”.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: The Athletic.