Hace un par de semanas se firmó el contrato. Este próximo martes, llegará el tan esperado momento. Rafael Marchán, grandeliga venezolano, saltará al terreno de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional por primera vez en su carrera, cuando se sume a los Tiburones de La Guaira en la tercera semana de la temporada 2021-2022.
El oriundo de San Cristóbal, de 22 años de edad, se convertirá en un nuevo miembro de la selecta lista de peloteros criollos que debutaron en las Grandes Ligas antes que en el torneo local. El máscara pertenece a los Filis de Filadelfia en el beisbol organizado y se estrenó con ellos durante el recortado torneo de 2020.
«Una de las cosas que me inclinó a jugar con Tiburones es que mi familia ha sido fanática del equipo por muchos años», le comentó Marchán a Sports Venezuela este sábado. «Mi tío (José Marchán) jugó con La Guaira y de pequeño iba muchas veces a ese clubhouse. Ya de grande también tuve el chance de estar allí varias veces, cuando jugaban Alex Cabrera, el «Kid» (Francisco Rodríguez) y Jorge Velandia. Me llamó mucho la atención que el ambiente del club es muy alegre».
Además de ese lazo familiar con la organización escuala, el joven receptor también tuvo el empujón de los mismos Filis para uniformarse en este invierno.
«La organización de Filadelfia estaba bastante interesada en que jugara en Venezuela. Querían que tomara turnos extras y que agarrara más experiencia», explicó el venezolano, que no tiene limitantes establecidas hasta ahora. «Me dijeron que jugara, que me divirtiera acá, que aprendiera bastante de esta liga y que agarrara muchos turnos. Lo más importante para ellos es que me mantenga saludable, pero no me pusieron restricciones. Lo demás dependerá de cómo esté mi cuerpo», agregó.
Una mirada más profunda:
En su primera experiencia en las mayores, Marchán apenas disputó un trío de compromisos, pero dejó en evidencia su capacidad en el cajón de bateo, al ligar cuatro hits en ocho turnos, incluyendo un cuadrangular. Este año, el tachirense tuvo un margen de juego más amplio con los cuáqueros, llegando a participar en 20 desafíos, en los que registró un promedio de .231, con un doble, un triple, un bambinazo, siete anotadas y cuatro fletadas.
«Tuve la oportunidad de jugar más este año en MLB y me sentí mucho mejor, más familiarizado con el equipo. Conocía a más de los muchachos, me sentía en ambiente. Sentía que estaba listo para estar en esa posición«, admitió. «Esta temporada también fue de mucho aprendizaje, porque después de un año completo sin beisbol (en las menores), volver a la rutina de jugar todos los días me dejó cosas bastante positivas. Me subieron y me bajaron en varias ocasiones. Fue un rol diferente al habitual y estoy muy contento y orgulloso con lo que pasó».
Sin embargo, como es de esperarse, jugar con cierta frecuencia en el máximo nivel viene con un alto grado de complejidad, en especial para quienes defienden la exigente posición número dos. Marchán sintió el golpe inicial, pero confía en que es solo cuestión de tiempo y de aclimatarse.
«Una de las cosas que se me hizo más compleja este año fue adaptarme a cada uno de los cinco abridores a los que les recibí en las Grandes Ligas. Cada uno de ellos es una mente distinta, un tipo de lanzador totalmente diferente. Eso se me hizo difícil, porque tienen pitcheos diferentes y formas variadas de atacar a los bateadores. Es cuestión de adaptarte. Pienso que una de las claves para estar en MLB es hacer ajustes y tener la capacidad de adaptarte rápido», señaló.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: USA TODAY Sports.