Andrés Giménez necesitaba la temporada pasada para terminar de madurar como pelotero, para encontrarse a sí mismo como jugador. Con apenas 22 años de edad, el venezolano llegó a los Indios – hoy en día Guardianes – como la pieza central del paquete que obtuvo la organización en el cambio que envió a Francisco Lindor y Carlos Carrasco rumbo a los Mets.
La asignación, en un inicio, fue mucho más de lo que pudo manejar el infielder, que conectó apenas para .180 de promedio, con un OPS de .534 en sus primeros 29 duelos con la divisa, antes de ser enviado a las menores. Giménez recibió el llamado a la gran carpa nuevamente en agosto y tuvo un desempeño un poco más alentador durante el resto del camino, al sacudir para .246 de average en sus últimos 39 choques, aunque todavía estaba muy lejos de la versión que esperaban en Cleveland.
Esa versión tardó en aparecer, pero la novena dirigida por Terry Francona se está dando cuenta en 2022 de que valió la pena la espera. Tras 42 encuentros antes de la faena de este lunes, el larense registraba una sólida línea ofensiva de .307/.329/.540, con 19 anotadas, 29 remolcadas y cuatro bases robadas.
«Ha sido muy bueno«, le dijo Francona al portal oficial del equipo durante el pasado fin de semana. «Creo que ahora tiene un año en el bolsillo y sabe que pertenece aquí. Y cuando las cosas no salen bien, entiende que debe seguir con el programa, no cambiar su postura y todo estará bien».
Pocos mejores:
A solo 17 meses de que se concretara la mencionada transacción, Giménez está entre los mejores camareros del circuito en departamentos como promedio, OPS (.869), y fWAR (1.7). Sin embargo, algo que ha llamado la atención en particular ha sido su capacidad de llevar la bola hacia el otro lado de la barda, pues cerró la semana pasada con siete cuadrangulares, su mayor cantidad en una misma zafra en las mayores hasta ahora.
Para el criollo, quien tampoco sacudió más de 10 bambinazos en ninguna de sus zafras como ligamenorista, el crédito se lo lleva el trabajo realizado durante el receso entre campañas.
«El trabajo que hice en la temporada muerta es lo que me está ayudando ahora», aseguró Giménez. «Estoy intentando hacer lo mismo todos los días. Eso me va a llevar a la consistencia que quiero, que es hacer swing a buenos pitcheos y ayudar al conjunto», agregó.
No obstante, el gran rendimiento del ambidiestro no solo se ha visto reflejado en su ofensiva, sino también a la hora de correr las almohadillas y de defender. Giménez todavía no había cometido su primer error con el guante este año – como segunda base o campocorto – y se ubicaba en el sexto puesto entre todos los defensores con cinco outs por encima del promedio. Su velocidad de «sprint», según Baseball Savant, rankea en el percentil 95.
«El momentum que estaba sintiendo el año pasado en Triple A se trasladó hasta acá. Desde que llegué, he sentido que pertenezco en esta organización y en este equipo», indicó el barquisimetano.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: AP.