El Barcelona dio un paso de gigante en su propósito de clasificar a las semifinales de la Champions League, después de derrotar como visitante al PSG por 3-2, con doblete del brasileño Raphinha y un gol de cabeza de Andreas Christensen, minutos después de ingresar al terreno de juego en el Parque de los Príncipes.
El conjunto blaugrana, al que muchos señalaban como ‘presa fácil’ para el conjunto de la capital francesa y el astro Kylian Mbappé, jugó un partidazo, quizás su mejor presentación de la temporada, evocando aquellos tiempos en que era el rival más temido de Europa y candidato fijo al título en la competición de clubes más importante del planeta futbolero.
No faltó quien vaticinara que Mbappé se daría banquete con la retaguardia de un club culé que suele tener lagunas defensivas y padece cuando le atacan con velocidad. Pero el camiseta 7 del PSG no fue determinante en cancha y generó poco peligro, salvo una acción que terminó en gol de un compañero.
Y todo por el sólido desempeño de la línea de cuatro, compuesta por Jules Koundé, Ronald Araujo, Pau Cubarsí y Joao Cancelo. El francés en particular fue clave en la tarea de ‘borrar’ a Mbappé, a quien conoce muy bien por compartir concentración y entrenamientos en la selección, y evitar que hiciera daño por el costado derecho.
El Raphina que el Barcelona quería ver
Apareció el Raphinha que el barcelonismo lleva esperando desde hace rato. Vino a cuajar su mejor partido con la camiseta blaugrana en el momento en que más se lo necesitaba.
El brasileño abrió el marcador para el Barcelona con un remate de derecha, su pierna débil, tras una salida fallida y un despeje errado de Gianluigi Donnarumma. Esto ocurrió al minuto 37, cuando los de Xavi se habían sacudido un dominio inicial de los parisinos.
El Barcelona cerró la primera mitad con la ventaja 1-0, pero se dejó arropar por un PSG que salió como una aplanadora tras el descanso y quedó debajo en el marcador rápidamente.
Ousmane Dembelé marcó el 1-1 con un disparo de zurda que no vio Marc-André ter Stegen, tras la única aparición de seriedad de Mbappé en el frente de ataque, y el portugués Vitinha puso a ganar a los suyos con su buena definición dentro del área, ambos goles en cuestión de dos minutos, 48 y 50.
Por cierto, Dembelé celebró a rabiar su anotación, sin guardarle respeto a la afición del club en el que militó hasta hace pocos meses.
Xavi acertó con los cambios
Xavi tuvo pupila para los cambios como nunca. De hecho, se puede decir que el partido lo ganó con su visión y corazonada desde la raya de cal.
Ingresó a Pedri por el amonestado Sergi Roberto al 61 y un minuto más tarde el canario dio un balón de oro para que Raphinha anotase su segundo tanto de la noche y nivelara las acciones 2-2.
Posteriormente, al minuto 76, el DT le dio entrada Christensen por Frenkie de Jong, con la intención de reforzar la mitad de la cancha y cortar el juego ofensivo del PSG, pero tuvo la suerte de que el danés, como plus, marcó el tanto de la victoria, un minuto luego de pisar la cancha, con un cabezazo tras lanzamiento de esquina y la indecisión del portero italiano que no salió a depejar como corresponde con un balón aéreo que cae dentro del área pequeña.
Antes del tanto con el que el Barcelona le dio vuelta al marcador, Dembelé estrelló un balón en uno de los palos.
Así las cosas, victoria importante del Barcelona, que vuelve a lucir como un grande en Europa. La siguiente tarea será preservar su ventaja en el careo de vuelta, a jugarse el martes 16 de abril en el Olímpico de Montjuic.
El Barcelona no levanta la Orejona desde la temporada 2014-15.
Por Carlos José Méndez
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