River estuvo a centímetros del milagro

River Plate dio todo lo que podía dar, y como esto es fútbol, no fue suficiente. Tras caer 0-3 en Buenos Aires iba a Brasil con un objetivo que nadie había superado en la historia de la CONMEBOL: remontar dicho resultado como visitante en una eliminatoria de este tipo. En más de una vez, pareció que igualó la partida, pero el VAR se hizo presente.

La noche arrancó tal cual empezó en Argentina. Con el Millonario dominando. Casi media hora les tomó abrir la cuenta, y fue Robert Rojas, aquel del error en el segundo gol de los brasileños la semana pasada, el que tuvo su revancha y con un salto impresionante conectó de gran manera un cabezazo.

Con un tanto de Rafael Santos Borré al 44´, las esperanzas se habían multiplicado por 100. Al descanso, River había hecho la mitad del trabajo y Palmeiras no tuvo respuesta alguna. La segunda mitad pintaba para ser un sueño rioplatense, y terminó siendo la pesadilla de los hinchas y de los «anti-VAR».

Primero, de lateral a lateral se combinaron para marcar la tercera anotación. Angileri mandó un centro preciso con dirección a Montiel, quien pisó el área y con un remate cruzado batió al guardameta Weverton. Sin embargo, los próximos minutos fueron de confusión total para los jugadores, cuerpo técnico y cada uno de los televidentes.

River y todo el mundo, confundidos

Comenzó la revisión, la eterna revisión. No pasaron la repetición adecuada por la TV, lo que dejó sin explicaciones la anulación del tanto. Después, se vio un offside de Borré previo a la jugada. Cruel, frío y justo al final. Apenas fue la primera.

El central paraguayo, Rojas, se marchó expulsado por dos tarjetas amarillas, la acción no se revisó, y produjo el enfado de cierto público que no consideraba de amonestación la infracción. Realmente, el transcurso del encuentro fue el mismo, así River tuviera uno menos. No se dejó desmoralizar.

Cobraron un penal a Matías Suárez. El delantero se lo fabricó y el árbitro compró, en tiempos sin VAR hubiese podido ser el 3-0. Una vez más la tardanza fue la principal queja sobre este recurso. Con el futbolista preparado para patear, el arquero para atajar, y sólo el juez acompañándolos en el área, recién le avisaron de una irregularidad en la decisión.

Otra vez le pegaron a las aspiraciones, otra vez, con un acierto -para la mayoría- de la tecnología. El colombiano Borré estuvo a nada de concretar su doblete con un balón suelto prácticamente bajo el arco. Quiso romper las redes y dio en el palo. Fue invalidado por un fuera de lugar, que se hubiera ratificado en el VAR de haber sido necesario.

La última fue nuevamente del cafetero. Él mismo sacó un penal, no otorgado a priori. La redonda sin dueño en el patio del portero. Corrió hacia ella y antepuso su cuerpo al defensa que venía como un camión, atropellándolo. Luego de la larga espera, se revisó: volvió a estar adelantado.

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Por centímetros, Borré estaba offside, la pelota dio en el poste. Unos centímetros más arriba, o unos segundos antes, y sí era penal sobre Suárez. River, en San Pablo, estaba a 450 kilómetros de Río de Janeiro, ciudad donde se disputará la final, y quedó a menos de un metro de llegar a ella.

Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23

Foto: @Libertadores

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