“El fútbol siempre da revanchas”, debe ser una de las frases más trilladas que existe en el mundo futbolístico y cada año que pasa recobra más valor. Juan Domingo Tolisano fue el último en experimentar algo similar en el fútbol nacional con el Deportivo Táchira.
8 de diciembre del 2019, un cabezazo de Rosmel Villanueva –casi al 90’- dejó mudo a San Cristóbal y a todo el Aurinegro sin título ni Fase de Grupos de Copa Libertadores. El golpe fue tan fuerte que perdieron varias de sus figuras y no pudieron avanzar en la Fase Previa de la Libertadores.
Tolisano fue duramente criticado, puesto en tela de juicio por hinchas y periodistas del estado. Y solo estuvo a escasos minutos de conseguir el objetivo, porque a lo largo del Torneo Clausura 2019 era el equipo más compacto del campeonato. Perdieron el título corto sin haber caído, solo el gol de visitante les robó la ilusión.
Y llegó el 11 de diciembre del 2020, un año después del amargo recuerdo descrito, una goleada 3-0 frente al GV Maracay los devolvió a la Fase de Grupos de Libertadores, tras estar cuatro años ausente. Y para mejor motivación, el martes disputarán la opción de bordar su novena estrella.
Tolisano cambió de forma radical su juego
Algo pasaba con el Deportivo Táchira, era un equipo endeble que no sabía sumar puntos en el torneo que se disputó hasta marzo. Antes de la pandemia, el juego sonso del Carrusel Aurinegro los tenía en el puesto 17 de la tabla, tras seis fechas disputadas. Así que por más duro que se lea, la pandemia fue lo mejor que le pasó a la institución.
El parón le sirvió a Tolisano para replantearse que estaba haciendo mal, y los jugadores entendieron mejor la nueva filosofía de Tolisano: jugar lo más pragmático posible. Sin adornos, pero con la asertividad suficiente para saber ganar los partidos.
En medio de tantas polémicas arbitrales, supieron mantener la cordura y rematar con ocho puntos en sus últimos cinco juegos.
Las figuras fueron varias. Duglar Angarita brindó alegrías en los primeros compases, Miguel Camargo puso el desequilibrio antes de su lesión y Cermeño añadió la jerarquía en la mitad de la cancha. Más arriba el juvenil Yerson Chacón demostró el hambre de triunfos y Pérez Greco añadió su toque de sapiencia en los momentos cumbres.
Una muralla infranqueable
Más allá de ideas, sistemas, jerarquías o categoría individual, el principal argumento para Táchira reclamar el liderato del Grupo B por encima del Caracas FC fue su defensa. Apenas ocho goles recibieron en 14 partidos, la valla menos imbatida del todo el Torneo Normalización 2020.
José Contreras se creció en el arco, Pablo Camacho volvió a ser el de antes y en la zaga se turnaron Carlos “Pipo” Vivas, Nicolás Foglia y “Sema” Velásquez. Todos conformaron una zaga férrea que contuvo los ataques de los mejores artilleros del grupo.
Ahora solo les queda dar el último paso, llevarse el torneo y regalarle la novena alegría a todo el pueblo tachirense. Tolisano va en la búsqueda de ser el segundo entrenador nacido en Venezuela en darle una estrella a la institución.
Por: Raúl Zambrano Cabello / @ZambranoPoesia
Foto: @DvoTachira