A sus 40 años y después de perder su última oportunidad de clasificar a Tokio 2021, la esgrimista Alejandra Benítez decidió poner fin a su carrera deportiva.
La propia atleta, una gloria del deporte venezolano, hizo el anuncio en caliente, el domingo en la noche, a través de un ‘live’ en Instagram, que ofreció desde su recinto de hospedaje en San José, Costa Rica, sede del clasificatorio zonal panamericano de esgrima, que repartió los últimos boletos de la disciplina a los venideros Juegos Olímpicos.
Alejandra Benítez acababa de perder con la argentina María Belén Pérez (15-6) la gran final del sable femenino y de esa manera veía esfumar su sueño de competir en su quinta cita olímpica consecutiva.
“Esta es mi última competencia como atleta, después de 23 años de carrera”, señaló Benítez, con voz entrecortada, en su transmisión en vivo por redes sociales. “Eran mis quintos Juegos Olímpicos, era lo que buscaba… no fue un buen año para mí en la personal y podría borrar 2021 de mi vida”, añadió la atleta, quien a principios de año sufrió la irreparable pérdida de su madre por complicaciones derivadas de la covid-19.
“Gracias a todos los que siguieron mi carrera deportiva y a todos los que me apoyaron desde el inicio”, añadió la exministra.
Alejandra Benítez: la esgrimista más importante de Venezuela
Si bien el registro histórico de Venezuela coloca a Gerda Muller y Ursula Selle (floretistas) en un apartado especial dentro del deporte de las pedanas por haber sido las pioneras en cuanto a participaciones olímpicas, no existen dudas de que Benítez es la esgrimista más importante del país a lo largo de la historia.
Cuatro incursiones olímpicas (Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Rio 2016) avalan la afirmación. Y también sus logros en las pistas. Su calidad le llevó a ganar, incluso, una Copa Mundo de sable, aquella disputada en La Habana (Cuba) en 2005, más el torneo Satélite de Reykjavik, Islandia, (2011/2012), sin olvidar que también consiguió medallas de bronce en un mundial júnior disputado en 2000 y en una Copa Mundo realizada en Alemania, en 2008.
Cada vez que salió en defensa de la bandera venezolana a escala regional, Benítez supo dejarla muy en alto, con medallas de plata en las ediciones de los Juegos Panamericanos realizadas en Santo Domingo 2003, Guadalajara 2011 y Toronto 2015, además de un bronce en Lima 2019.
“Estoy muy orgullosa de todo lo que hemos hecho”, reconoció la exitosa esgrimista, al hacer repaso del camino andado desde 1998.
Modelo, odontóloga y política: las otras facetas de Benítez
Benítez estudió en la Universidad Central de Venezuela y en esa casa de estudios se graduó en odontología. También llegó a posar para los lentes fotográficos en sesiones como modelo, aprovechando su belleza y su escultural figura.
Mujer de varias facetas, incursionó en la política y ello le llevó a ser una figura amada y odiada al mismo tiempo, en un país marcado por una profunda polarización. Al fallecido expresidente Hugo Chávez le ofreció respaldo público y ello le generó una lluvia de críticas.
Fue diputada en la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y desde ese espacio promovió reformas a la Ley del Deporte.
Y también ejerció como ministra de Deportes en el primer gobierno de Nicolás Maduro (2013), una experiencia que no estuvo exenta de polémicas porque de algún modo le salpicó el escándalo de los dólares aprobados para falsos pilotos de carreras de autos. En su momento, Benítez denunció que una mafia dentro del mismo ministerio falsificó su firma y llevó a cabo el mencionado fraude.
Estuvo un año en el ente rector del deporte venezolano y luego de esto retomó la actividad deportiva, pensando en los Juegos de Rio, a los que clasificó, y de Tokio.
Una visa negada por sus vínculos políticos
En ese camino, otro capítulo polémico: en enero de 2020 tenía previsto participar en el Gran Premio de Montreal, puntuable para el ranking olímpico, pero el gobierno de Canadá le negó la visa por identificarla como un personaje cercado al régimen de Maduro, sobre quien el mencionado país tiene establecida una sanción, y debió desistir de competir en aquella prueba.
En esa oportunidad, Benítez denunció sabotaje e inherencia del gobierno canadiense, que, según dijo la atleta, buscaba favorecer a una esgrimista suya, pero, al final del camino la venezolana tuvo en sus manos su quinto boleto olímpico y se le escapó por poco.
Se retira de las pedanas una atleta que sin dudas deja una huella importante dentro de la historia del deporte venezolano.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: Prensa IND