Antes el primer bate era un tipo que debía tener la capacidad de dejar pasar el primer strike o batear en con conteos altos en el béisbol; el segundo en el orden era el que se sacrificaba un poco para ayudar a sus compañeros conectando detrás del corredor y cosas así; el tercer palo era generalmente el mejor bateador del equipo; el cuarto era el hombre de poder, aquel encargado en remolcar las carreras.
Ahora, en estos últimos años muchas cosas son diferentes en el béisbol. La mayoría de los bateadores tienen luz verde para hacer swing al primer lanzamiento. Ya ninguno o es raro ver bateadores que dejan lanzar a los pitchers.
Van al home con la idea de hacer swing en busca de aumentar sus números personales sin pensar en el colectivo.
Tocan bolas y corren sin importar el score o la situación del juego y muchas cosas más.
Antes no, pues habían más reglas que seguir. Los managers eran los que en realidad mandaban y se hacía casi exclusivamente lo que él dijera u ordenara. Si el lanzador contrario había dado dos bases por bolas seguidas, el siguiente bateador no podía hacer swing al primer pitcheo. Todos cogían señas, pero ahora hay peloteros que ni siquiera voltean a ver los coachs.
En ese béisbol que nos gustaba más, era sin muchos rollos, fácil de digerir, sin repeticiones instantáneas, ni revisión de jugadas. Lo que decía el umpire era lo que había y el juego continuaba, era más humano, de más participación y según el marcador ( 10 o 12 carreras de diferencia) había respeto por el rival.
El béisbol no está exento a los cambios
Pero como todo cambia, el béisbol no está exento. Ahora es otra cosa, y no es que no nos guste porque sigue siendo nuestra pasión, pero en estos nuevos tiempos pareciera más delicado y exagerado.
Fíjense todo lo que pasó con Grand Slam conectado por Fernando Tatis Jr. en conteo de 3-0 y con una ventaja a favor de 7 carreras. Todo un alboroto e incluso casi lo obligan a pedir disculpas por lo sucedido.
https://twitter.com/estendenciavzl/status/1295771998161981442?s=20
Señores ese es el béisbol de ahora, un tanto irreverente porque cada vez lo juegan más jóvenes en el más alto nivel.
Estamos seguros que Tatis Jr. sabía de esas reglas no escritas porque se lo enseñan desde que están en ligas menores, pero, muchacho al fin, se olvidó y aprovechó ese ¨lomito¨ en 3-0 para su grand slam.
En Grandes Ligas nada se da por descontado, ni siquiera un juego que se está ganando por 7 carreras en la octava entrada, es el nuevo beisbol que, aunque algunos ya le parezca fastidioso por tantas interrupciones, eso es lo que hay y habrá porque cada vez lo van jugar más jóvenes que los de la vieja escuela los van a llamar insolentes.
Las nuevas caras de las Grandes Ligas
Ronal Acuña Jr. (Bravos de Atlanta) Juan Soto (Nacionales de Washington), Vladimir Guerrero Jr. Bo Bichette y Cavan Biggio (Azulejos de Toronto) Mike Yastrzemski (Gigantes de San Francisco) Kyle Tucker (Astros de Houston), Andrés Giménez (Mets de Nueva York), Gleyber Torres (Yankees de Nueva York) y Rafael Devers (Medias Rojas de Boston) entre otros, son la nueva cara del mejor béisbol del mundo. Le hacían falta a MLB y ahora son ellos los que transmiten, los que llegan al público porque juegan con alegría, con intensidad e irrespeto sin intención.
Si Tatis Jr. hubiera bateado para doble play no pasa nada, pero como fue un jonrón con tres en bases en 3-0 y con ventaja de 7, se armó la grande.
Volverá a pasar y seguirá pasando, y los managers cada vez van a ser mas responsables de controlar a sus pupilos, pero no como lo hizo el manager de Padres de San Diego, Jayce Tingler, quien le echó toda el agua sucia a su mejor pelotero en esta temporada, al recriminarlo ante los medios de comunicación y exponerlo al escarnio público. Así no es.
Escrito por: Luis Márquez Galindo
Foto: MLB.COM