Anthony Edwards, LaMelo Ball o Tyrese Haliburton. De allí no parece salir el premio al Novato del Año en la presente temporada de la NBA.
Hasta hace dos semanas, no había dudas en torno a quién estaba ganando la carrera.
Con promedios de 15.9 puntos por juego, 5.8 rebotes y 6.1 asistencias, el mediático LaMelo Ball, un base de 1.98 de estatura seleccionado por los Hornets de Charlotte como tercer ‘pick’ en el draft de 2020, lucía encaminado a ganar el preciado galardón, que, entre otras estrellas, conquistaron alguna vez LeBron James o Kevin Durant.
Pero sus posibilidades, que lucían amplias, parecen haberse reducido notablemente, producto de un golpe que sufrió dos semanas atrás y que lo tendrá fuera de los tabloncillos al menos hasta finales de abril, según comunicó su equipo.
El habilidoso armador de 19 años se lastimó su mano de lanzar (fractura en la muñeca derecha) y debió someterse a una cirugía para corregir la lesión que sufrió el 20 de marzo, durante una derrota frente a los Clippers.
Con la temporada regular señalada para concluir el 16 de mayo, es poco probable que la estrella en ascenso de los Hornets vuelva a las canchas antes de ese tiempo, aun cuando su equipo pelea por un cupo a los playoffs. De hecho, la agencia de noticias AP reportó que una fuente anónima del equipo le confirmó que Ball no jugaría más en el resto de la ronda eliminatoria.
Para el momento de su lesión, Ball lideraba los departamentos de asistencias y robos entre los novatos, mientras que marchaba segundo en puntos y rebotes.
El despertar de Anthony Edwards
La lesión de Ball ha coincidido con el despertar de Anthony Edwards, la primera selección del draft 2020, quien, tras tres meses de campaña, parece haber encontrado su lugar y su rol en los Minnesota Timberwolves.
El alero de 1.96 acaba de terminar un mes de marzo pletórico, en el que dio un importante salto de calidad y empezó a mostrar –¡por fin!- todo esa caudal de talento y recursos ofensivos que le valieron para ser escogido como número 1 dentro del draft, por encima de Ball.
Edwards mejoró notablemente sus números en anotación de un mes a otro. En febrero ya había marcado una tendencia al alza con sus 16.1 de media, pero en marzo elevó su producción a 24.2 contables por partido, por mucho la mejor cifra entre los jugadores novicios de la liga.
El exjugador de la Universidad de Georgia tocó su punto más alto el 18 de marzo, en un enfrentamiento contra los Suns. Ese día marcó 42 puntos, liderando la ofensiva de su equipo, y de esa manera se convirtió en el segundo jugador más joven de la historia (19 años y 225 días) con esa cantidad de unidades, detrás de Kevin Durant, que lo hizo con 19 años y 200 días, en 2008.
Tyrese Haliburton, más eficiente que Edwards
Esa explosión ofensiva ha llevado a Edwards a consolidarse como máximo anotador entre los jugadores de primer año, con una importante ventaja sobre Ball. El de Minnesota, que ha asumido un rol protagónico dentro de su quinteto ante la ausencia del estelar base D’Angelo Russell, promedia 17.4 puntos por juego, mientras que el de Charlotte tiene 15.9
Edwards, que está en franco proceso, puede aumentar sus estadísticas en el último mes y medio de etapa regular y así ponerle su firma al Novato del Año, una carrera que tiene como otra sólida opción al guardia de los Kings de Sacramento, Tyrese Haliburton, quien ostenta promedios de 13.1 puntos por juego, 4.8 asistencias y 1.2 robos, sin olvidar que tiene una media de eficiencia de 16.09, por debajo de Ball (19.32) y por encima del jugador de Minnesota (13.20).
Usando términos hípicos, Ball y Haliburton están al frente de la carrera, pero Edwards viene en atropellada. Así está la lucha por el Rookie del Año en la NBA.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: @defajacom