Que Novak Djokovic o Rafael Nadal pierdan un partido suele ser noticia. Y que lo hagan en menos de 24 horas mucho más. Así, pues, el Abierto de Montecarlo, torneo que abre la temporada sobre tierra batida, se ha convertido en una ‘gillotina’ para las máximas estrellas del circuito ATP.
Djokovic fue el primero de los dos astros en decir adiós. El jueves, el número 1 del mundo sucumbió –de manera inesperada- ante el británico Daniel Evans, clasificado 33 en el ranking masculino, en dos sets (6-4 y 7-5), durante un ‘match’ que se extendió 2 horas y 6 minutos, para quedar eliminado en octavos de final.
Nadie imaginaba que un día después de ese ‘batacazo’ vendría otra ‘sorpresota’ de semejantes dimensiones. Nadal, el rey de la arcilla, ganador de 13 títulos Roland Garros, cayó en un intenso duelo ante el ruso Andrey Rublev, por los cuartos de final y, como Djokovic, se despidió del certamen antes de la final, instancia a la cual todo el mundo daba por descontado que llegaría.
El español no pudo descifrar el juego del ruso y se rindió en tres mangas (2-6, 6-4, 2-6) sin poder mostrarse como el tenista dominante de otras tardes.
Nadal tuvo un partido para el olvido
“El manacorí vivió uno de sus peores mangas en arcilla, especialmente con un servicio que nunca le acompañó. Cinco dobles faltas (siete en el global, mismo número de breaks sufridos), continuos errores. Se enfadó continuamente porque no entendía que estuviese compitiendo tan mal”, reseñó el periodista español Ángel Rigueira en su crónica para el diario de Barcelona, Mundo Deportivo.
“Si miramos (a) un jugador como Rafa, que es el mejor jugador de tierra batida de la historia, entonces, por supuesto, es una de mis mejores victorias”, dijo Rublev, sexto sembrado de la contienda, en la rueda de prensa posterior a su fulgurante victoria sobre la leyenda española de tenis.
Tras vencer a Nadal, el moscovita tiene razones para ilusionarse con el título y tratará de dar un paso más hacia ese objetivo, cuando enfrente, este sábado, al australiano Casper Ruad, al tiempo que el británico Daniel Vean en semifinales, verdugo de Djokovic, tratará de dar otra campanada al rivalizar con el cuarto preclasificado, el griego Stefano Tsitsipas, en el otro choque por un cupo a la gran final.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: Cortesía