Típico que un salón de clases, aquellos alumnos que optan por sentarse en la parte delantera son automáticamente reconocidos como los buenos estudiantes o los aplicados, mientras que los que prefieren encontrar refugio en la zona trasera son vistos como los rebeldes y problemáticos. De una u otra forma, esas suposiciones también aplican a la hora de evaluar a una rotación abridora en el beisbol, por lo menos ante los ojos de muchos aficionados y expertos.
El abridor número uno es, por supuesto, el gran «as» del staff y quien le sigue, por lo general, lleva la etiqueta de «pudiera ser el principal en cualquier otra rotación». El tercero y cuarto lugar suelen ser reservados para esos serpentineros de nivel promedio que son capaces de brillar cada cierto tiempo y el quinto es visto como el asiento que ocupará el mejor «journeyman» o trotamundos, un brazo que pueda comer algunas entradas con un desempeño aceptable.
Pero así como hay alumnos que se sientan en los puestos de atrás y de igual forma se llevan buenas calificaciones en la boleta, también hay quintos abridores con el talento para, en un abrir y cerrar de ojos, transformarse en pilares de un cuerpo de lanzadores, tal como lo está haciendo Martín Pérez con los Medias Rojas este año.
Ante las fallas de algunos de sus compañeros de rotación en tiempos recientes, incluyendo a su compatriota Eduardo Rodríguez, el oriundo de Guanare se ha convertido en una garantía para el dirigente Alex Cora tras casi dos meses de torneo. Previo a la jornada de este sábado, la efectividad de Pérez (3.55) era la mejor de los cinco miembros del staff iniciador de los patirrojos.
Apretó con la actualización en el calendario:
Luego de un abril con resultados mixtos, Pérez pisó el acelerador con la llegada de mayo, mes en el que marca un porcentaje de carreras limpias permitidas de 2.60, con 26 ponches en 27 entradas y dos tercios de labor. El criollo ha completado cuando menos cinco innings en su quinteto de apariciones en ese lapso y en ninguna ha tolerado más de tres rayitas limpias.
«Ha estado haciendo eso en todo momento«, le dijo Cora al portal masslive.com sobre la capacidad de su lanzador de mantener al equipo en el juego. «En general, en cada apertura, nos está dando chances de ganar y eso es lo que queríamos».
Pérez, de 30 años de edad, dejó efectividad de 4.50, con un WHIP de 1.33 en 12 presentaciones con los Medias Rojas en la recortada zafra anterior. A pesar de que en noviembre la divisa declinó la opción que tenía el siniestro en su contrato para este año, terminaron ofreciéndole un nuevo pacto algunos meses más tarde para que trabajara desde la parte final de su rotación.
Tras no ganar ninguna de sus primeras siete salidas de 2021, los cinco innings de dos carreras y cuatro ponches frente a los Marlins el viernes, le permitieron reclamar su tercer lauro de forma corrida.
«Nuestro trabajo es tratar de cubrir a otro de los abridores cuando no tiene un buen juego», explicó Pérez sobre su rol en la parte trasera del staff. «Nuestra meta es salir al día siguiente y ser el tipo que pueda lanzar más de cinco episodios y ganar«, añadió.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Medias Rojas.