Remco Evenepoel dio el primer golpe entre los favoritos al título en la edición 106 del Giro de Italia. La primera de las tres grandes arrancó este sábado con una contrarreloj de 19.6 kilómetros y el aventajado pedalista belga (Soudal-Quick Step) selló el triunfo con una exhibición de condiciones en el recorrido entre Fossacesia Marina y Ortona, que le sirvió para vestirse de rosa en el mismo arranque.
Evenepoel, la estrella de 23 años, corre la ‘corsa rosa’ por segunda vez en su carrera y en esta nueva incursión procura levantar el trofeo de campeón para resarcirse de la amargura que le supuso bajarse de la bicicleta en la edición de 2021, a causa de una caída.
Claro que para dar con su objetivo debe superar ni más ni menos que al esloveno Primoz Roglic, el triple campeón de la Vuelta a España que busca su primera corona en el Giro y a ojos de muchos es el gran candidato.
Contundente victoria de Remco Evenepoel
Al menos en el esfuerzo individual del sábado Evenepoel, actual campeón mundial de ruta, superó abiertamente a Roglic. El de Bélgica completó la distancia con un tiempazo de 21 minutos y 18 segundos, a una media de velocidad de 55.11 kilómetros por hora, y sacó 43 segundos de diferencia frente a Roglic.
En el registro de mejores tiempos, detrás de Evenepoel se situaron el italiano Filippo Ganna, dos veces monarca del mundo en contrarreloj, y el portugués Joao Almeida, a 22 y 29 segundos respectivamente. Siendo un trayecto tan corto, el que haya superado por una importante ventaja a un especialista como Ganna deja a las claras el magnífico estado de forma del belga.
La salida la tomaron seis pedalistas latinoamericanos y entre ellos el de mejor rendimiento en la crono inicial fue el experimentado colombiano Rigoberto Urán, que gastó 1:35 más que Evenepoel.
Junto al Tour de Francia y la Vuelta a España, el Giro compone el tríptico de las carreras más importantes del ciclismo y tiene la característica de correrse sobre 21 etapas, la mayoría de ellas sobre terreno montañoso, donde se decide la batalla por el título.
Así que la emoción apenas empieza y queda mucho por recorrer.
Por Carlos José Méndez
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