Bromista. Animado. El espíritu optimista de José Santiago Materán (Barquisimeto, 1996) sigue siendo el mismo desde que salió de su natal estado Lara hacia Puerto La Cruz, donde se forjó como jugador bajo el programa Transición de Nuevos Talentos (TNT) de Marinos de Anzoátegui, bajo las órdenes del entrenador Henry Paruta.
Pero esa imagen contrasta con su expresión impertérrita desde que el árbitro lanza la pelota entre dos jugadores, que quizás le valió su primer apodo: “el soldado”.
Se incorporó a Bahía Básquet de Argentina en 2015, pasó por Cimarrones de Chocó de Colombia y acaba de finalizar su tercera experiencia internacional con Pato Basquete de Brasil.
Registros de Materán en Brasil
En tierras amazónicas figuró con 12,6 puntos, 4,1 rebotes y 2,2 asistencias, y llegó hasta el playoff.
“Pato Basquete hizo una renovación, sólo quedaron dos jugadores del año pasado. Muchos jóvenes, creo que yo era el más viejo. Esa inexperiencia se vio en nuestra inconsistencia cuando comenzamos, pero ya hacia el final de la campaña nos acoplamos y pudimos cumplir con el objetivo de clasificar a la postemporada”, dice el swingman en pleno bus hacia Guanare, donde Gaiteros del Zulia se iba a medir con Centauros de Portuguesa.
SV–Apenas terminaste en Brasil te incorporaste a Gaiteros, ¿no tuviste pausa?
JSM-Llegué directo a Maracaibo, así es. La idea es tratar de ayudar con mi juego, aportar lo que he aprendido.
Experiencia prolífica
SV-¿Qué balance haces de tu experiencia en Brasil?
JSM-Maduré como jugador. Ha sido una experiencia muy intensa.
SV–¿Cómo la comparas con tus experiencias precedentes en Argentina y Colombia?
JSM-En Argentina estaba muy joven y ahí me desarrollé como jugador. En Colombia ya tuve un rol protagónico, como el rol clásico que conocemos de los importados, pero también me descubrí como jugador, me di cuenta de lo que puedo aportar en defensa y en ataque, lo que puedo crecer. Y en esta experiencia en Brasil aprendí a forjar el liderazgo y el protagonismo. Quedé muy satisfecho.
SV-¿Cómo evalúas la liga de Brasil? ¿Qué te exigió esa liga para poder rendir allá?
JSM-Para mí, Argentina y Brasil son las mejores ligas de Latinoamérica, pero si vemos cómo terminan los torneos internacionales, con tres brasileños entre los cuatro primeros en la Champions League y con un brasileño campeón de la Sudamericana, Brasil está por encima. La economía brasileña está en mejores condiciones y eso influye en la contratación de jugadores. En comparación con las otras ligas, en Brasil se ejecuta el juego bajo sistemas tácticos, pero con mucha intensidad durante los 40 minutos, se respetan muchos los esquemas, atacar después de mínimo cuatro pases.
JSM-En lo personal, en Pato Basquete tuve que trabajar en mi capacidad de liderazgo y de protagonismo. Técnicamente, incorporé a mi juego mejoras en mi parada y tiro de dos puntos, además de que jugamos mucho pick and roll, porque no estaba acostumbrado.
Sueño mundialista
Materán estuvo cerca de participar del Juego de Estrellas de Brasil en la competencia de triples. Con 40,1% de acierto fue el noveno mejor francotirador del certamen, pero por una decisión administrativa fue reemplazado a última hora.
SV-¿Qué tal tu relación con el idioma?
JSM-Te cuento una anécdota -mientras se ríe-. Al principio no entendía nada cuando el entrenador daba instrucciones tácticas en el entrenamiento, cuando hacía el scouting y todo eso, y le pregunto a un compañero que hablaba español porque también había jugado en Argentina, y él tampoco entendía nada… Pero eso me sirvió bastante y hoy entiendo bien el portugués. Me gustó la estructura de la liga, le dan mucha importancia al descanso del jugador para cuidarlo, entienden que un jugador necesita mínimo 48 horas de recuperación tras un partido y así lo cuidan de lesiones y cuidan el espectáculo también
SV-¿Dentro de esas anécdotas está enfrentarte a tus compañeros de selección Edgar “Petare” Martínez (Río Claro) y Miguel Ruiz (Unifacisa)?
JSM–“Petare” y Miguel son más que amigos míos. Fíjate: al venezolano le cuesta mucho salir a jugar a otro país y mantenerse rindiendo, es exigente, es difícil; por eso encontrarte con “Petare” y Miguel, con gente amiga, siempre es bonito, es agradable, es satisfactorio verlos a ellos rindiendo también.
SV_Ya queda poco para el Mundial y tú has sido parte del proceso. ¿Qué tan cerca te sientes de jugarlo?
JSM-Sé que tengo una oportunidad muy grande de ir, así que tengo que prepararme todos los días tanto dentro como fuera de la cancha, me mantendré con la esperanza de que me convoquen. Eso es lo que nos pide el cuerpo técnico de la selección a todos, que nos mantengamos jugando, en ritmo, haciendo las cosas profesionalmente para ser considerados. He estado en varias convocatorias durante este proceso y la alegría de representar mi país no se compara con nada. Sigo haciendo lo mejor que puedo para mantener la ilusión hasta que salga el listado, a ver si puedo cumplir el sueño de representar a Venezuela en un Mundial.
Escrito por: León Aguilar | Twitter: @aguilar_leon
Foto: Cortesía