Ya analizamos los errores que cometió Guaiqueríes de Margarita, es momento de resaltar el excelso trabajo realizado por Gladiadores de Anzoátegui, primer equipo en clasificar a las semifinales de la Superliga de Baloncesto (SLB).
Los orientales consiguieron un acierto tras otro, lo que los llevó a dar el golpe más inesperado en el torneo, hasta los momentos. Desde la gerencia hasta el tabloncillo, pasando por la dirección técnica, fueron capaces de hacer lo correcto en cada momento, sin contar con grandes figuras.
Nuevos gladiadores
A mitad de campaña, Gladiadores integró a su plantilla a Raymond Rada, quien llegó a préstamo de Brillantes de Maracaibo. Desde el banquillo, Rada se convirtió en el sexto hombre del equipo. Aportó 7.8 puntos y 5.0 rebotes por partido previo a postemporada.
El combo guard era el jugador más destacado de la divisa marabina, además de la competencia, por detrás de Garly Sojo y Anyelo Cisneros.
Rada llegó para colaborar con puntos y reducir la cuota de responsabilidad de Humberto Bompart a la hora de conducir el juego ofensivo del equipo. En su nuevo rol cumplió, especialmente en el segundo juego de cuartos de final.
El aporte de Rada en los últimos minutos del juego 2 entre Gladiadores y Guaiqueríes es invaluable. En defensa, en ataque y en actitud. Sus canastas elevaron el ánimo de un equipo que había perdido un día antes a su máximo exponente ofensivo por lesión, Eliézer Montaño.
Gran acierto de la gerencia oriental por conseguir su llegada antes del cierre de transacciones. Fue un refuerzo antes de la ronda de adiciones.
La segunda adición de Gladiadores fue Osmar Álvarez. Proveniente de Diablos de Miranda, sus virtudes defensivas lo convirtieron en una pieza muy interesante que los anzoatiguenses no dejaron pasar.
El destino les dio la razón. Bompart fue expulsado en el juego 1 ante «La Tribu». Solo jugó poco más de 18 minutos. Montaño ya se había lesionado. Álvarez debió tapar huecos en ambos costados de la cancha, y lo hizo de maravilla: 8 puntos (tercer mejor anotador del equipo) y 9 robos de balón.
Fue premiado con más minutos de juego en el último partido de la serie, y aunque no tuvo un buen día a la ofensiva (1-10 en TC), sus cuatro recuperaciones de balón hablan por sí solas.
La guinda del pastel la podrán poner previo a semifinales, cuando tengan la oportunidad de añadir a un jugador más como sustitución. No usaron el derecho a ello en el primer «draft». Clasificaron y tras haber visto al equipo en acción de postemporada, sabrán qué mejorar para una fase más complicada.
Paruta venció a Torres
Lo que no tenía Edu Torres le sobró a Henry Paruta: capacidad para transmitir su pensamiento a los jugadores que dirige. Con mucho tacto, pero con la misma carga de firmeza, Paruta se dirigía a los suyos y los cambios inmediatamente se reflejaban en la duela. Conocer a gran parte de la plantilla fue un plus.
Además, cada detalle contó para el experimentado coach. Sobre el final, siendo espectador principal de cómo la humedad existente en el Gimnasio Ciudad de La Asunción condicionaba al partido, les indicó: «Vamos a moverlos, la cancha está resbalosa, pasemos la pelota«. Y por supuesto, tiene sentido. Si obligas a mover a varios jugadores rivales, la posibilidad de que uno de ellos resbale aumenta. En la guerra todo se vale.
Precisamente la forma de dirigir de Paruta hizo que se impusiera a su rival en los banquillos. Expresándose con menos adornos, exprimiendo cada detalle, dándole la vuelta a aquellos factores que escapaban de sus manos. Incluso ralentizando el juego, obligando a Guaiqueríes a atacar estacionado. Estas ventajas, aunadas a la falta de reacción de Torres, impulsaron a Gladiadores.
Los de Anzoátegui enfrentarán a Gigantes de Guayana o a Bucaneros de La Guira en las semifinales. Nadie dijo que sería sencillo. El haber logrado asegurar un top 4 ya es una gigante ganancia. Y lo que este joven equipo consiga de aquí en adelante, lo será aún más.
Escrito por: Jorge Fernández / @SirGeorgeF.
Foto: Superliga de Baloncesto.