Keving Palacios, de jugador a coach: «Le debo mucho al básquet»

Muchos recordarán a Keving Palacios por dos grandes logros que alcanzó como jugador en nuestro país: ser parte del equipo juvenil venezolano que derrotó a Estados Unidos y ganar títulos con Cocodrilos y Marinos en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB). Pocos conocen su nueva faceta. «KP» es asistente técnico en Broncos BBC. Se quitó el uniforme y ahora se visualiza detrás de la línea lateral.

El tiempo de cuarentena le ha servido al bicampeón de la LPB para reflexionar acerca de su futuro en los banquillos. Además, ha acelerado el cambio de mentalidad: más análisis de partidos en modo entrenador y menos pensamientos como jugador. Una transición que llegó de repente, y que él no pensó hasta que se le presentó.

¿Ser entrenador? Impensado

Keving Palacios nos cuenta que tras su retiro se veía dando clínicas de baloncesto en comunidades del país, como ya ha hecho numerosas veces, pero no barajó la posibilidad de convertirse en coach. «Jamás me había pasado por la cabeza esto«.

La primera oportunidad la obtuvo gracias a Víctor David Díaz y Manuel Berroterán. Palacios fue a ver un partido de Marinos y los dos primeros hicieron contacto con él. Así comenzó su historia.

«Ellos me dijeron que me sorprendería por el ofrecimiento, y así fue. Me integré al cuerpo técnico de un equipo que en parte ya conocía. A muchos de los novatos ya los había ayudado estando en activo y me respetaban. Entendí que tenía mucho que dar al básquet todavía».

De Marinos a Gladiadores. Misma sede, nuevos retos. En el Final Four de la Liga LED, el ex-pivot tuvo que dirigir su primer partido oficial. Tras un inicio con dudas, rápidamente asimiló la enorme responsabilidad que estaba asumiendo. Debut, triunfo y tercer lugar.

«Dejé correr los primeros 10 minutos. Luego cambié mi chip y empecé a pedir jugadas. Me adapté. Y al final pudimos vencer a un equipo que nos dio muchos problemas durante el año (Cangrejeros)».

Su actuación en dicho encuentro fue seguida de cerca por la gerencia de Broncos BBC, equipo con el que casualmente Keving jugó en 2016. Había una buena relación, existió el interés de ambas partas y se convirtió en un hecho. Keving Palacios será el entrenador asistente de Manuel Berroterán para la SuperLiga de Baloncesto.

«Somos una franquicia nueva pero con muchas ganas de poner nuestra estampida en el baloncesto venezolano. Estamos esperando el play para hacerlo. Estamos muy ansiosos».

Dan Hurley: mentor

Keving Palacios fue el primer venezolano en ir a Saint Benedict’s Preparatory School, escuela secundaria de mucha antigüedad en Estados Unidos. Su estancia allí coincidió con la de Dan Hurley, actual entrenador de la Universidad de Connecticut. Para «KP«, Hurley fue quien le dio forma y le inculcó una mentalidad especial.

«Es el entrenador que más me ha impactado. Me enseñó a nunca bajar los brazos, a no entregar el juego por más abajo que puedas estar. Una perseverancia incomparable».

La relación de amistad se mantiene hasta hoy. Dan Hurley potenció al joven Keving Palacios y ahora sus enseñanzas son divulgadas por este último como parte de su filosofía.

Siempre bien rodeado

Palacios tuvo la fortuna de ser dirigido por otras grandes mentes del baloncesto. Destacan Néstor Salazar y Fernando Duró. Porque el paso por Cocodrilos de Caracas y Marinos de Anzoátegui dejó más que títulos.

Justamente el entrenador de la selección nacional de Venezuela le comentó a Keving que tenía potencial para algún día convertirse en entrenador.

Por supuesto, «KP» no lo entendió de inmediato. Incluso en sus primeros momentos como asistente no se sentía totalmente confiado. Confiesa que vio a muchos jugadores que luego de su retiro intentaron tomar la dirección técnica y no les fue bien. Él no quería convertirse en uno de ellos.

Pero la buena escuela que tuvo salió a flote y se impuso. La idea que Palacios tenía del universo del entrenador no estaba tan alejada de la realidad. Poco a poco lo ha podido ir comprobando. También entiende que es un proceso que llevará años, por ende no deja nada a la suerte y día tras día continúa con su formación.

«Tenía miedo al conocimiento. No tenía ni idea de cómo hacerlo (entrenar). Después de cursos y conferencias me dí cuenta de que la idea sí era por ahí».

Mucho talento, pero…

Talento en Venezuela

El ex-jugador que dio sus primeros pasos en nuestro país con Panteras de Miranda no tarda en acotar que la diferencia de nivel entre Venezuela y el resto del mundo no se trata de talento. Se decanta por dos variables incluso más importantes que la anterior mencionada: la toma de decisiones y la disciplina.

  • Toma de decisiones

«En Venezuela el talento nunca ha sido problema. Podríamos tener un poquito más de NBA’s. Hay muchos que juegan en el extranjero. Los jugadores deben perder el temor de ir afuera y no quedarse acá porque ganan más. Tratar de tomar esa vuelta así como han hecho jugadores de la selección en los últimos años»

Además, califica al proceso de ir a estudiar a Estados Unidos y formarse allá como uno «muy bonito, pero tedioso y cada vez más complicado». Por ello aconseja aprovechar las oportunidades de jugar en Europa, así no sea en máximas categorías, pues la formación sigue siendo excelsa.

  • Disciplina

En este punto Palacios compara a Venezuela con las escuelas europeas. Considera que la estructura que existe en el viejo continente es admirable. Recordemos que en Europa cada club cuenta con sus conjuntos filiales y con instalaciones de primer nivel que dotan a los jóvenes de comodidades inexistentes en nuestro país.

«Serbia es la mejor escuela del mundo«, señala con seguridad. Concluye con una afirmación que nos hace ver -por encima- la complejidad de la situación: «La cultura y la sociedad tienen mucho que ver en esto«. Ciertamente es un estudio digno de tesis.

«La manera en la que se forman allá es muy difícil de implantar aquí. Clubes que entrenan a sus jugadores desde muy temprana edad. Aquí cada día tenemos menos escuelas».

¿Cómo le gustaría jugar a Keving Palacios?

Keving Palacios es un fanático del «baloncesto americano». Admira las virtudes de «fábrica» con la que los jugadores de Norteamérica nacen. Un potencial físico impecable e imbatible. No obstante, está consciente de la importancia de los fundamentos que todos deben manejar.

«Un equipo de Keving Palacios debe tener muchísimos fundamentos: lanzar, pasar, driblar. A mí me gusta mucho el básquet a balón «espichado». Los argentinos son unos expertos en ello. Si no encontramos buen tiro en los primeros ocho segundos, consumimos el reloj. Muchos bloqueos indirectos. Ofensiva flex y puertas atrás».

No se olvida de la «perseverancia de Dan Hurley«. Palacios describió a todo el proceso como la «fineza técnica-táctica«.

En ese camino de formar su propia identidad como entrenador, Keving Palacios le ha tomado cariño a la profesión. Las ganas de aprender y de hacer bien las cosas están. Aunque sea en otra faceta, siendo sigue baloncesto. Es su pasión, es lo que ama y a lo que desea estar ligado.

«Amo al básquet y siendo que le debo muchísimo al básquet. Me siento en deuda. Yo sigo siendo básquet. Puedo pasar ocho horas viendo juegos. Como me dijeron: ‘Lo sigues amando pero sin el uniforme’. Ahora sí me veo de entrenador. Sí me visualizo como tal».

Escrito por: Jorge Fernández / @SirGeorgeF
Fotos: Keving Palacios, FIBA, Rob Carr (Getty Images).

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