Pat Riley, seis décadas en las Finales de la NBA

Pat Riley es un nombre que se ha mantenido por varias generaciones como una constante. Desde su etapa de jugador universitario, después profesional en los 70´, luego como asistente, coach y más adelante en puestos administrativos. En todos sus cargos logró cosas importantes. Y sigue haciéndolo.


Incluso sin saber quién es, todo fan del baloncesto ha leído sobre él, o lo ha visto enfocado en algún partido. De una manera u otra, ha sido parte de las finales de la NBA al menos una vez en las últimas seis décadas. Sobra decir que es el único con un registro similar.

Pat Riley, estrella en Kentucky y jugador de rol en la NBA


En los 60´, el baloncesto universitario era muy popular. Pat Riley era la estrella de los Wildcats, campeones de la NCAA. Ese equipo que serían los villanos en la película “Glory road” (Camino a la gloria), donde Texas Western consiguió el título frente a Kentucky en la final.


El alero de aquella época fue elegido séptimo en el draft. Más allá de su rol superlativo en el nivel colegial, nunca trasladó ese estatus a la NBA. Como jugador secundario, llegó a sus primeras finales con los Lakers en el 72´. Acompañado por Wilt Chamberlain y Jerry West, ya comenzaba a rodearse de futuras leyendas. Vencieron a los Knicks, quienes contaban con Phil Jackson en sus filas. Otro personaje protagónico en la historia de la liga.


En la víspera de su retiro fue parte de los Phoenix Suns del 74/75, campeones del oeste. No pudieron con los Celtics en la llave final.


De broadcaster al cuerpo técnico


Como exjugador, volvió a los Lakers, pero primero detrás de los micrófonos. Ahora vemos a Reggie Miller, Shaq, o anteriormente Steve Kerr, como comentaristas. Pues así lo fue también el señor Pat. Tras unos años siendo locutor, fue llamado para ser asistente en la campaña 79/80. Con un novato Magic Johnson y otro eterno, Kareem Abdul-Jabbar, obtuvieron el anillo frente a Filadelfia. Un tal Julius Erving en los 76ers.


Para la 81/82, Pat Riley fue nombrado entrenador principal. Jerry West, quien era al que habían asignado originalmente, dijo que sería su asistente. En su primer año al frente del conjunto angelino, Riley los llevó al título y empezó una racha de 4 finales consecutivas. En la primera volvió a ganarle a los Sixers, en la siguiente se enfrentaron de vuelta y el resultado fue opuesto. El 83´arrancó otra de las rivalidades Lakers-Celtics, Magic-Bird. Ese año fue para Boston. En la revancha del 84´le tocó al “Showtime” de Los Ángeles.

Volvió a las instancias decisivas en el 87´ y sumados James Worthy, Byron Scott, Michael Cooper, se hicieron con el campeonato. En las celebraciones prometió repetir la hazaña, y 12 meses después, lo hizo. Despacharon a los Celtics y Pistons en ese back-to-back.

Para este momento, ya contaba con 5 anillos y 7 apariciones en la definición. Elaboró una campaña de marketing con el nuevo objetivo, el “three-peat”. Cayeron en las finales contra los Bad Boys de Detroit. Al finalizar la temporada de arriba, fue removido de su puesto.

Pat Riley rozó la gloria con los Knicks


Tras ser comentarista de NBC, fue contratado para dirigir a los New York Knicks. Cayó tres veces en playoffs con los Bulls de Jordan. Cuando el “23” se retiró momentáneamente, aprovechó para “vengarse” y poder acceder a las finales. Tuvo la serie 3-2 a favor, pero los Rockets de Hakeem Olajuwon, y Karl Herrera, dieron vuelta la eliminatoria.

Dueño de todo en Miami


A mitad de los 90 asumió como técnico y presidente en Miami. El principio de un matrimonio que hoy lleva 25 años.

Sin un equipo realmente contendiente por una década, no alcanzó las finales. En un momento se hizo a un lado del staff y quedó como ejecutivo exclusivamente. Aunque regresó al banquillo en diciembre de 2005.

Ese verano, había traído a Shaquille O´Neal vía un traspaso. Lo juntó con el joven Dwyane Wade y los llevó a las primeras finales de la historia para el Heat. Allí remontó un 0-2, ante los Mavericks de Dirk, y trajo el primer trofeo a Florida.


Vinieron años duros para la franquicia. Ausentes en la postemporada, recurrentes lesiones. En 2008 abandonó de manera definitiva su asiento en estelar y se mantuvo como presidente. Nombró a su asistente, Erick Spoelstra, y en 2 años armó un “Big Three” destinado al éxito. Lebron, Wade y Bosh.

Emuló lo que hizo con los Lakers en los 80´, en el Oeste, y estuvieron cuatro años seguidos en las NBAFinals. Perdieron con Dallas, eliminaron a OKC y San Antonio, para cerrar el ciclo al caer con los Spurs. James se fue y no pudieron mantenerse en el top de la conferencia.


Muchos hubieran recurrido al “tanking” -caer en el fondo de la tabla para optar por buenos picks de drafts- sin embargo, Riley no creyó en eso. De varias formas intentó hacer una plantilla aspirante nuevamente. Hasta que este 2020, creyendo siempre en su entrenador, los frutos dieron resultados. Sin contrataciones fuera de serie. Sin jóvenes prospectos conocidos por todos. Avanzó a un terreno familiar en su carrera. Un total de 17 finales. En cinco posiciones distintas. Seis décadas diferentes. En la cancha, fuera de ella o en el palco. El ciclo se repite.

Texto: Santiago Aceituno / @SantiAce23

Fotos: nba.com

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