Un 06 de mayo de 2007 se daba uno de los mejores juegos en la historia de la Euroliga, nada fácil de decir, y formó parte como titular Óscar Torres, mucho más identificado por ser el segundo venezolano en la NBA que por su larga y exitosa trayectoria en Europa. El Panathinaikos venció al CSKA de Moscú 93-91 en Oaka, Grecia.
Óscar Torres llegó al gigante moscovita a mitad de temporada
Él había llegado por medio de un traspaso en febrero de 2007 al campeón ruso, desde el Khimki de la misma ciudad con el que cursaba su tercera temporada y había sido eliminado de la EuroCup (segundo torneo más importante a nivel de clubes). Dejó 100 puntos en 9 partidos, mientras promediaba 11.9 a nivel local.
Ese cambio, el cual mandó a Nikita Shabalkin, Vladimir Dyachok y al futuro NBA Alexey Shev (éste a préstamo) al equipo vecino, fue la primera transacción de basquetbolistas en la historia del deporte ruso.
Los moscovitas requirieron de un perimetral para lograr su objetivo de repetir lo hecho un año atrás con la obtención de su quinta corona continental debido a la lesión del norteamericano David Vanterpool. Torres, con chapa NBA y ya conocido en la Superliga Rusa, fue el escogido para completar un quinteto inicial que rozaría la gloria en el Viejo Continente.
06 de mayo de 2007: al borde de un título histórico
CSKA derrotó a Unicaja con en las semifinales 62-50 (Torres se fue en blanco prácticamente). Del otro lado los griegos vencieron al Tau Cerámica (hoy Baskonia) de Luis Scola 67-53. Así llegaron al definitivo en Atenas, casa del eventual campeón.
La leyenda de Marinos de Anzoátegui integró el quinteto abridor. Le tocó marcar a Sani Becirovic, el esloveno que había sido líder anotador en las semifinales con 15.
Rápidamente sumó dos rebotes ofensivos. En el primero se la manotearon y salió del anfitrión, con el segundo intentó un tiro hacia atrás y no tuvo suficiente fuerza. Más adelante, su única asistencia de la noche. Recibió en el poste medio, atacó hacia su izquierda (por el centro) y habilitó a Jon Robert Holden, oriundo de Pittsburg, Pennsylvania, pero nacionalizado ruso y que jugó una década con esos colores, para el triple y canasta que abrió la cuenta de los vigentes monarcas.
Misma jugada, se la dieron de espalas al aro. Le cometió una falta Becirovic, quien solo vio 12 minutos, anotó 6 puntos y se marchó con 5 infracciones sin el protagonismo que traía.
Otra vez dos acciones similares en tiempos reducidos. El caraqueño tricampeón de la LPB (en ese momento) interceptó un flotado pase del fondo al perímetro, menos de medio minuto luego volvió a quedarse con una bola, más desmérito del atacante al que se le escapó.
Poco después llega su bomba. El defensor lo perdió de vista, coordinó su movimiento a la esquina ofreciéndose como opción de descarga, tomó, se elevó con su vital mecánica en suspensión para jugar a esas alturas y convirtió su primer triple en el Final Four. Con 2′ por terminar del 1C, fue al banco.
Volvió a la pista restando 6′ del 2C. Dio una falta. Pasaron un par de fracciones, lanzó del 45′ y erró, con el hombre enfrente. Siguiente posesión, atacó en el 1 contra 1 por eje central, por su zurda, al llegar abajo intentó la bandeja por derecha y lo mandaron a la línea de libres negándole el doble fácil. No hay cestas gratis en un partido así. Falló el primero y concretó el segundo.
Abierto del mismo ángulo no encestó. Se fue 1/3 detrás del arco en la capital. Con 2′ se fue a descansar. Ettore Messina, de tres Euroligas conquistadas, un par con Bologna, la segunda con Manu Ginóbili como MVP de las finales, y la anterior con Moscú, lo reingresó para los 45 segundos del cierre. El italiano también pasó por la NBA como asistente de los Spurs (14-19) siendo el primer europeo en dirigir un partido de la liga, en suplencia de Greg Popovich.
Arrancaron el complemento 10 abajo. Óscar tomó un par de rebotes solo en defesa a principios del 3C. En el medio de ellos se reencontró con la línea de los suspiros al sufrir otra falta yendo al aro. Ahí dio con ambos. Arribó a 6 tantos.
Su último gol de campo fue de vivo. Cortó por el fondo para recibir otra vez en el poste, se la negaron, regresó por donde vino pero no por completo. Escondido debajo del tablero, mirando al pasador se movió justo y lo hallaron despejado para ponerla con el cristal en soledad.
Segunda personal, persiguiendo a Ramunas Siskauskas, figura de la velada. Poco más tarde le otorgaron su tercera, tratando de romper cortinas.
Quedaban 2′ del tercer período, solo en la esquina estiró la pierna al saltar para el tiro y consiguió lo buscado, lo arrollaron. Aunque se pudo haber lesionado con esa caída en desbalance. Tres tiros libres, uno anotado. Así cerró su casilla con 9 unidades.
A la banca con 1:20, retornó para los siete segundos de cierre del 3C. Los monarcas de ese entonces habían recortado la diferencia a un solo punto, sin embargo, se marcharon ocho abajo al 4C. Un minuto y Óscar cometió su cuarta falta. Al borde de la expulsión con mucho básquet por delante. Lo guardaron.
Al tabloncillo con 6’para el final y no duró mucho más. Negando un pase, con la intensidad conocida del Defensor del Año de 2013 en Venezuela, pasó el límite del contacto y tuvo que mirar sentado -en realidad de pie apoyado sobre la pantalla publicitaria- el resto del choque no sin antes mostrar su frustración con el juez.
Panathinaikos ganó su cuarta Euroliga en el Oaka con su público, no sin sufrir un durísimo compromiso de toma y dame, muy físico, de mucho roce.
Torres firmó una planilla histórica al ser el único vinotinto con acción en dicha instancia: 23 minutos, 9 puntos, 4 rebotes, 2 robos y una asistencia. Celebró el esperado campeonato en Rusia, unos días antes la copa nacional, y a casi nada de un triplete.
Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23
Foto: Prensa CSKA Moscú Básquet