Russell Westbrook y una bárbara potencia mal canalizada

De sobra conocemos el portento físico que representa Russell Westbrook. Su potencia es comparable incluso con el de una máquina como Giannis Antetokounmpo. Es la combinación perfecta entre rapidez y fuerza. No obstante, en las instancias definitivas como en la postemporada, no basta con esos atributos. Se impone la rapidez mental, la inteligencia. El caso que mejor ilustra esta afirmación es el de Nikola Jokic: lento por naturaleza, pero capaz de superar al resto gracias a una buena toma de decisiones, aunado a sus recursos técnicos.

 

Russell Westbrook es presa de su mayor virtud

 

El no poder conseguir un equilibrio entre lo mental y lo físico ha perseguido a Westbrook durante toda su carrera. Ser tan atlético y explosivo es su gran virtud y su peor pesadilla al mismo tiempo. ¿Por qué? Sin duda alguna la mencionada potencia lo ha condicionado, al punto de hacerle creer que es imparable en todo momento. Por ende, sus decisiones no suelen ser las mejores.

 

Este domingo, para muchos, «Russ» le costó el game 2 a Houston. Y si no fue así, estuvo cerca: sumó 10 puntos, 7 pérdidas y 5 faltas personales. Solo anotó 4 de los 15 lanzamientos que tomó (26%), además de fallar par de tiros libres. Su rendimiento fue muy bajo en ambos costados de la cancha.

 

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«Ahora mismo solo estoy corriendo la cancha. Debo analizar el juego para saber cómo ser efectivo«, comentó Russell Westbrook luego del desastroso partido. Asumió su cuota de responsabilidad, como era lógico. Pero, ¿podrá cambiar su imagen en la duela? Es difícil de pensar, pues son más las veces en las que pierde el control que en las que cumple. Reiteramos, desde sus inicios en Oklahoma City Thunder se identificó dicho problema.

 

Houston necesita a un Westbrook «clásico»

 

Paradójicamente, él es la excepción al sistema de Mike D’Antoni: promedia 29% de acierto en triples en Playoffs, y apenas un 16% este año (3/18). Los Lakers, conscientes de ello, jugaron en defensa para que él lanzara. Y «The Brodie», presa de sus impulsos, lanzó una y otra vez. El resultado habla por sí solo. Aquí es donde Westbrook debe plantearse una nueva estrategia. ¿Por qué no atacar el aro? Ya sea para buscar una bandeja -su mejor arma- o para atraer defensores y luego abrir la cancha, a Houston le irá mejor.

 

Es utópico pensar que en dos días va a pasar a encestar la mitad de sus lanzamientos. No se trata de un tema de confianza, porque él tiene tanta como pocos. Por lo tanto, el enfoque debe estar en la toma de decisiones.

 

Oportunidades para tomar tiros cómodamente no le van a faltar. Es el plan de los Lakers para minimizar el daño que hacen los francotiradores texanos. Ante Oklahoma lanzó seis triples en tres partidos, de los cuales encestó uno solo. En los dos primeros partidos ante los angelinos mordió el anzuelo. Debe mejorar el tiro, sí, pero su misión principal es no caer en la trampa.

 

Apelar a lo clásico, sin más. Canalizar su potencia en el terreno en el que puede conseguir mejores resultados, atacando la brecha. Otra tarea pendiente será saber leer los momentos de juego. No es igual ir a la pintura desbocado en la primera posesión del partido que en la última, con el encuentro en la línea.

 

Evidentemente no veremos un cambio excesivo, no en esta temporada. Pero Russell Westbrook está a tiempo de ajustar lo suficiente para ser más útil que perjudicial en un conjunto con el que puede ganar el título.

 

Escrito por: Jorge Fernández / @SirGeorgeF.
Foto: The Sports Rush.
Video: Nacho Losilla.

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