Aires de Filadelfia están sacando la mejor versión de José Alvarado

Desde que José Alvarado se estrenó en el beisbol profesional venezolano con los Tiburones de La Guaira en la 2015-2016, un par de años antes de su debut como ligamayorista, era evidente que su carrera prometía alcanzar el nivel más alto del juego.

«Si sigue así, sin duda alguna llegará a las Grandes Ligas», le comentó a la prensa en esos tiempos el entonces mandamás salado, Buddy Bailey.

En 2017, Alvarado hizo realidad las palabras del timonel norteamericano cuando se uniformó con los Rays de Tampa Bay y deslumbró de inmediato, registrando una efectividad de 3.64, con un WHIP de 1.12 en 35 presentaciones desde el bullpen.

Al año siguiente, el zuliano fue aún mejor, tolerando apenas 17 carreras limpias en 64 entadas de labor para una efectividad de 2.39, al mismo tiempo en que pasó por la guillotina a un total de 80 contrarios. Durante esa campaña, Alvarado también marcó 2.1 en el departamento de fWAR con una tropa de Florida que se quedó fuera de la postemporada a pesar de sumar más de 90 victorias.

Al igual que los Rays, Alvarado parecía en ascenso rumbo a 2019, pero aunque el club sí consiguió su boleto a los playoffs en esa ocasión, la historia con el serpentinero venezolano fue muy distinta. Luego de un sólido primer mes de campaña, el criollo se descarriló por completo cuando el calendario pasó a mayo; además, tuvo que perder una parte considerable del torneo para atender algunos asuntos personales.

La brújula se perdió por un buen rato:

Al retornar, el zuliano no fue el mismo. Terminó esa zafra con casi el doble de porcentaje de boletos que en los años previos y su tanto por ciento de carreras limpias permitidas fue de 4.80.

En la recortada campaña anterior, las cosas no mejoraron para el brazo; de hecho, empeoraron. En apenas nueve episodios de labor, Alvarado permitió la misma cantidad de incogibles y siete carreras (seis de ellas limpias). Asimismo, se perdió la mayor parte del calendario mientras lidiaba con problemas físicos.

Con apenas 25 años de edad, Alvarado lucía perdido, y su promisorio futuro comenzaba a disiparse. Es allí cuando llegó el momento de cambiar de aires, un factor que muchas veces suele ser subestimado en el impacto positivo que puede traer para un pelotero en la situación del venezolano.

El pasado 29 de diciembre, los Filis se hicieron de los servicios del relevista en una transacción que también involucró a los Rays y a los Dodgers. Tras un buen desempeño en la primavera con su nueva organización, Alvarado arrancó la presente contienda como uno de los principales baluartes del mánager Joe Girardi en el bullpen, mismo que generó cifras muy negativas para Filadelfia en 2020.

Hasta ahora, la mudanza ha resultado mejor imposible. En sus seis apariciones iniciales con los cuáqueros, Alvarado exhibe una efectividad de 1.59, con un WHIP de 1.05. El venezolano está ponchando a casi el 40% de los bateadores que enfrenta, al mismo tiempo en que le otorga pasaportes a solo el 8%.

Alvarado, quien ha alcanzando triple dígito en la pistola con su poderosa recta en varias oportunidades desde su arribo a la gran carpa, lidera a todos los lanzadores del beisbol este año en velocidad promedio de su bola rápida con 99.4 mph., lo que también representa un incremento con respecto al average que marcó el año pasado (97.0 mph.).

El fuego no va solo en una dirección:

Sin embargo, el zurdo es mucho más que simplemente un lanzallamas. A lo largo de los años, ha protagonizado varios videos virales en las redes sociales por su impresionante sinker, que ha registrado 14 pulgadas de movimiento horizontal en lo que va de la presente temporada.

Por otro lado, aparece una recta cortada o cutter en la que Alvarado se ha ido apoyando cada vez más. Mientras el siniestro utilizó dicho pitcheo en 11% de las ocasiones el año pasado, hasta ahora en 2021 lo ha usado en un 16% de las veces. Además, el envío también ha incrementado su velocidad promedio (de 90.7 mph. en 2020, a 94.5 mph. en las primeras de cambio de este año) y su movimiento horizontal (de 2.4 pulgadas hace un año, a 3.7 tras sus 5.2 innings de estreno con los Filis).

Si bien el margen de trabajo es corto hasta los momentos, es importante destacar que los toleteros contrarios están fallando casi el 80% de sus swings contra los envíos de Alvarado este año.

El criollo ha respondido a la confianza del alto mando de Filadelfia y se proyecta como un serio candidato a establecerse como el cerrador oficial del club en algún punto del presente campeonato. Es cierto que apenas inicia la temporada, pero Alvarado ya ha probado que una vez que encuentra su ritmo, es perfectamente capaz de mantenerlo durante todo el calendario, siempre y cuando los problemas personales y físicos se queden a un lado.

Su juventud brinda una gigantesca señal de que lo mejor podría estar aún por venir para quien este año aspira a colarse en la conversación de los mejores relevistas en todo el beisbol. Sin duda alguna, para hacer eco de la seguridad que mostró Bailey en sus palabras sobre Alvarado por aquellos tiempos, el futuro ha vuelto a ser muy promisorio para este joven zuliano, que sigue sacando provecho de los aires que se respiran en la «Ciudad del Amor Fraternal».

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Philadelphia Inquirer.

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