Cada vez que Miguel Cabrera se ha parado en la caja de bateo durante esta temporada, trató con todas sus fuerzas no pensar qué tan cerca está de los 500 cuadrangulares o los 3.000 hits. Sí intentó golpear la pelota a la banda contraria o no intentar golpear lanzamientos malos, sin embargo, que marcas personales no nublaran su concentración.
Lamentablemente, las marcas a las que aspira llegar son tan notorias que Detroit le hizo imposible eso. En el Comerica Park hay dos letreros enormes que lleva el conteo de la cantidad de vuelacercas e inatrapables que le restan a Cabrera para alcanzar ambas marcas.
Recientemente Miguel Cabrera llegó 499 batazos de vuelta entera. Ese jonrón que le falta para la mítica cifra pareciera que llegará pronto, aunque los 3.000 imparables luce como un objetivo para 2022. Pero sin importar cuándo o donde, en Detroit sabrán a la perfección la cercanía de ambos objetivos.
“He tratado de mantener eso fuera de mi mente, pero ahora cuando voy a plato y bateo, voy a ver eso”, declaró el venezolano a la prensa de Major League Baseball (MLB) sobre los carteles. “Voy a tratar de bloquear eso. La realidad es que debo jugar nueve episodios y tratar de hacer mi trabajo”.
Esa convicción que puede existir porque Miguel Cabrera alcance los 500 cuadrangulares durante los próximos seis juegos, no pareciera existir referente a los 3.000 inatrapables. Las proyecciones actuales tampoco no creen que tenga suficiente tiempo para alcanzar esa cifra con su ritmo actual, por lo que sería un objetivo que se postergue para la siguiente temporada.
Las proyecciones indican que Cabrera terminará la actual zafra con 108 hits, por lo que terminaría la campaña regular con 2.974 incogibles. Estaría cerca los 3.000, tanto que se podría pensar que antes de cerrar el segundo mes de la zafra regular de 2022 podría celebrar llegar a esa cantidad de imparables.
La única certeza es que con cada imparable que salga de su bate, cuando juegue en Detroit, un gran número caerá en el Comerica Park. La organización se encargó de que el proceso sea una de las atracciones de los encuentros como locales.
“Miggy lo disfrutará”, afirmó el mánager de los Tigres, A.J Hinch. “Esperamos que no le preste mucha atención cuando esté compitiendo. Pero ahora parece que con cada hit se notará porque veremos a los números cambiar”.
Miguel Cabrera siente presión
Tener casi que una obligación de que todos los días deba estar más cerca de los 3.000 hits y los 500 cuadrangulares luce como una presión complicada de llevar. Sin embargo, para Miguel Cabrera es otra parte de su laureada carrera y, quizás, por el hecho de no darle mayor importancia, no le afectaba. Hasta que hace algunas semanas.
“Es una buena posición. Creo que todos quisiéramos estar ahí”, aseguró Cabrera. “Todo es mental y presión es la que me pongo a mí mismo. Como todos los turnos al bate, quiero conectar un hit. También quiero pegar un jonrón. Siempre quiero que algo suceda. Eso es presión”.
Eso se vuelve frustrante a veces. El hermoso swing que impulsó a Cabrera a tantos hits y jonrones va y viene. No puede hacer que se quede, aunque dijo que está mejorando.
“Demasiada inconsistencia en los últimos años”, dijo Cabrera. “Es por eso que estoy golpeando tan bajo en este momento. No ves demasiados jonrones por eso. Mi swing no es lo suficientemente consistente para hacer eso en este momento. He estado trabajando. He estado trabajando con mi swing y tratando de ser más consistente «.
Escrito por: César Sequera Ramos |@CesarSequera11
Foto: Detroit Tigers