La temporada 2012 de Miguel Cabrera nos sugirió la creencia de que, a la hora de votar por un Jugador Más Valioso, una Triple Corona ofensiva y su rareza en el tiempo predominan sobre cualquier otra cosa. Ese año, el venezolano se quedó con la distinción, por encima de un Mike Trout que lo superó ampliamente en el renglón de fWAR (10.1 a 7.3), gracias a que su extraordinaria línea ofensiva también vino acompañada de lideratos en bases robadas y carreras anotadas, además de una sólida defensa en el bosque central.
El peso de que «Miggy» se convirtiera en el primer triplecoronado ofensivo en más de 40 años, inclinó la balanza completamente a su favor para los votantes y es difícil – aunque no imposible – refutarlo.
Pero la realidad es que liderar a tu circuito en promedio, jonrones y empujadas no siempre ha sido garantía de un MVP, como al parecer se piensa desde aquel entonces; de hecho, son varios los casos de monarcas de esos departamentos que tuvieron que conformarse con segundos, terceros, cuartos y hasta quintos lugares en sus aspiraciones de llevarse la distinción.
Ted Williams obtuvo la Triple Corona ofensiva en 1942 y de nuevo en 1947, pero en ninguna de esas dos campañas fue considerado el más valioso de su liga. En ambas ocasiones fue superado por jugadores de los Yankees (Joe Gordon y Joe DiMaggio) que sostenían un mayor peso para los electores porque, además de sus robustos números con el madero, formaban parte de un club que se ubicaba en el primer lugar de la tabla.
Mucho antes de eso, en 1912, Heinie Zimmerman ganó el trío de coronas y aún así finalizó en el sexto lugar de las elecciones por el MVP. En 1933, le ocurrió a Chuck Klein y 11 años más tarde, nada más y nada menos que a Lou Gehrig, quien cerró quinto en la votación.
Este año, Vladimir Guerrero Jr. tiene la oportunidad de convertirse en apenas el vigésimo séptimo jugador en la historia, incluyendo a las Ligas Negras, en dominar esos tres departamentos en una misma contienda. El talentoso toletero de los Azulejos llegó a la jornada de este miércoles con .315 de average (primero en la Liga Americana), 45 jonrones (primero) y 103 carreras remolcadas (segundo, a seis del líder Salvador Pérez).
Su temporada ha sido todo lo que se nos prometió que proporcionaría el hijo del legendario inmortal con el mismo nombre, cuando este apenas estaba ascendiendo en las sucursales de los canadienses. Guerrero es, posiblemente, el mejor bateador de todo el beisbol en la actualidad, con la capacidad de sacudir tanto conexiones dantescas que alcanzan los niveles más lejanos de cualquier estadio, como también bambinazos relámpagos que desaparecen del parque en cuestión de un abrir y cerrar de ojos.
Entrar al perfil de «Vladdy Jr.» en el portal Baseball Savant implica correr el riesgo de encandilarse con tantos puntos rojos a la vista, que marcan lo excelso que ha sido su trabajo en prácticamente toda categoría ofensiva de interés este año.
Esta contienda de Guerrero, que además ya incluye un premio MVP en el Juego de Estrellas, es absolutamente meritoria de llevarse el galardón más grande, el que abarca todo el torneo y que su papá consiguió en su primera zafra con los Angelinos en 2004.
Sería una historia hermosa de padre e hijo, más de lo que ya es, si el «Junior» también obtiene su premio al más valioso. Y eventualmente, quizás tan pronto como en 2022, va a ocurrir.
Adelante, Sho:
Pero este no es el año. No cuando Shohei Ohtani está por terminar la que probablemente sea la mejor temporada de cualquier jugador en la rica historia de este juego.
La Triple Corona, como se ha evidenciado, no mata todo. No fue así hace décadas atrás, con algunos de los nombres más relevantes de todos los tiempos en esta disciplina, y mucho menos lo será ahora, cuando hay un fenómeno que no solo aporta desde el cajón de bateo y las almohadillas, sino también desde el montículo.
El fWAR de Guerrero Jr. era de 6.3 tras la faena del martes, superior al de cualquier otro toletero de la gran carpa. Ohtani se ubicaba en el lugar 16 con 4.7. Prueba de que sí, el paleador de raíces dominicanas (.315/.404/.607) ha sido un mucho mejor bateador que el japonés (.257/.360/.605).
Pero de nuevo, esta no ha sido una carrera exclusivamente ofensiva. Por lo menos no desde el lado de Ohtani, quien además de la mencionada cifra que registra como toletero, también marca un fWAR de 2.7 como lanzador. En total, el fWAR combinado de la superestrella de los Angelinos es de 7.4 en lo que va de 2021.
Ohtani no solo ha sido el mejor bateador de los serafines, sino también el mejor lanzador de todo el equipo. En 115.1 entradas lanzadas, a lo largo de 21 aperturas, el nipón registraba una efectividad de 3.36, con un WHIP de 1.11 y 136 ponches.
El mismo jugador que todavía podría culminar como líder en cuadrangulares de todo el máximo escenario beisbolístico (tenía 44 antes del miércoles, solo uno menos que Guerrero), también amenaza con cerrar la misma zafra con una efectividad inferior a 3.40 y que solo es superada por otros nueve serpentineros de su liga con cuando menos 110 innings pitchados este año.
El asiático registra un OPS+ de 157 hasta ahora y una ERA+ de 134. Ridículo, sencillamente ridículo. En el mejor y más sensacional sentido de la palabra.
Y para los que, por alguna extraña razón, se empeñan en menospreciar o incluso ignorar el trabajo monticular de Ohtani, también es importante resaltar que sus logros ofensivos llegan en una temporada en la que básicamente no ha contado con la protección de quienes se suponía serían sus principales aliados en el lineup de Los Ángeles: Mike Trout, que no juega desde el 17 de mayo por una lesión, y Anthony Rendón, que disputó su último duelo del torneo el 4 de julio, antes de requerir una cirugía que le puso punto final a su campeonato.
Guerrero Jr., por su parte, forma parte de una de las alineaciones más temibles de toda la liga. Entre sus compañeros están Marcus Semien (6.2 de fWAR y quien también recibirá algunos votos para el MVP), Bo Bichette (4.0) y Teoscar Hernández (4.0), además de otras piezas de gran jerarquía como Lourdes Gurriel Jr. y George Springer.
Sin argumentos reales en su contra:
Y en cuanto al hecho de que los Azulejos se mantienen en carrera por un cupo a los playoffs y los Angelinos no, ese mismo sistema evaluativo que posiblemente le costó un par de premios MVP a Williams hace décadas atrás, cada vez ha ido quedando más obsoleto con el pasar de los años.
Para ver un claro ejemplo de ello no hay que buscar muy lejos, pues allí en el mismo clubhouse de Anaheim, Trout ha ganado tres distinciones de Jugador Más Valioso y tan solo en la primera de ellas (2014) alcanzó a disputar juegos en octubre.
Vladimir Guerrero Jr. está teniendo una temporada fascinante, que podría culminar con apenas la tercera Triple Corona ofensiva en los últimos 54 años.
Shohei Ohtani está en la recta final de una campaña sin iguales ante los ojos de la inmensa mayoría de personas con vida en la actualidad.
El MVP es del japonés, en una votación en la que pase lo que pase en estas últimas semanas de acción, no debería ni siquiera arrojar resultados cercanos entre el primer lugar y el segundo.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: AP.