El cambio de escenario fue un paso fundamental para la carrera de Elvis Andrus. Mudarse de un conjunto en el que no tenía cabida en su alineación regular o aspiraciones presentes de avanzar a los playoffs, a uno que no solo estaba calentando un puesto en su lineup para un pelotero de sus características, sino que también planea repetir como campeón de su división.
Sin embargo, alterar los colores del uniforme no es suficiente para garantizar el éxito. El venezolano tendrá nuevamente la oportunidad de jugar todos los días en su posición habitual, pero si los Rangers tomaron la decisión de removerlo de la titularidad incluso sin tener esperanzas clasificatorias, una divisa contendiente como los Atléticos lo hará con mayor rapidez, en caso de que su producción continúe en declive en 2021.
En sus primeras 11 temporadas como ligamayorista, Andrus se estableció como uno de los mejores campocortos de la liga, gracias a su capacidad de contribuir en prácticamente cada faceta del juego. El maracayero dejó una línea ofensiva de .275/.331/.373, con 73 cuadrangulares, 298 dobles, 48 triples, 629 impulsadas y 302 bases robadas en ese lapso, en el que además jugó una sólida defensa en las praderas cortas de Texas y recibió un par de invitaciones al Juego de Estrellas.
Un 2020 duro dentro y fuera del campo:
Desafortunadamente para el criollo, el año pasado no solo significó uno complejo fuera del terreno de juego, sino también dentro de las líneas de cal. Una lesión en la espalda limitó su actividad a 29 compromisos, en los que tan solo pudo ligar para promedio de .194, con tres jonrones, siete empujadas y otro trío de bases estafadas.
El torpedero tuvo un BABIP de .200 en 2020, pero quizás una de las alarmas principales se encendió por el bajón en su corrido de bases. De acuerdo a Baseball Savant, un portal especializado en estadísticas avanzadas del beisbol, Andrus fue casi una décima de segundo más lento en su carrera del home a la primera almohadilla en la zafra anterior, pasando de 4:40 segundos en 2019 a 4.48 en la recortada campaña pasada.
Asimismo, su velocidad de “sprint”, que ya de por sí había disminuido hace dos años, bajó de 26.7 en 2019 a 26.3 en 2020.
No obstante, hay motivos para creer que Andrus podría retomar su ritmo habitual en la venidera temporada, en un caso que puede basarse tanto en argumentos modernos – estadísticas avanzadas – como también en los tradicionales.
Para los analistas sabérmetricos, podemos sacar a relucir que, a pesar del evidente bajón ofensivo, Andrus también parece haber tenido algo de mala suerte a la hora de batear en sus 103 turnos oficiales consumidos el año anterior.
El .390 que marcó el paracorto en el renglón de xSLG está por encima de su promedio vitalicio como ligamayorista (.385), por lo menos desde 2015, que es cuando Baseball Savant comenzó a llevar la cuenta de estas estadísticas. De igual forma pasó con su average de velocidad de salida (88.5 millas por hora en 2020 y 87.4 en los últimos seis años); de hecho, en esta última categoría también hubo una ligera mejoría con respecto al registro de 2019 (88.4)
En el departamento de porcentaje de contacto fuerte, Andrus marcó su mejor cifra desde 2015 con 37.5%. Su previa marca más elevada era de 34.8% en 2019.
Otro tanto por ciento que se vio favorecido el año pasado, pero que terminó pasando desapercibido ante los flojos números globales, fue el de conexiones con la parte gruesa del madero (“barrel”, como es conocido en inglés)
Su mejor trabajo, aunque en pocas oportunidades:
De 88 pelotas bateadas por Andrus en 2020, solo cinco recibieron el castigo de esa zona del madero, la menor cantidad para el toletero desde 2015; sin embargo, debido al recortado calendario de la zafra pasada por la pandemia, además de sus problemas físicos, el venezolano no tuvo ni cerca las mismas oportunidades de sumar “barrels” que en años anteriores.
Por eso, el porcentaje de dichas conexiones resulta una estadística más acertada en esta ocasión, y allí Andrus marcó el número más alto en el lapso de tiempo antes mencionado con 5.7%. Su tope previo era de 4.2% en 2018 y 2017.
Defensivamente, el aragüeño tampoco tuvo el mejor desempeño en 2020. Por segunda zafra corrida, acumuló registro negativo (-3) en el departamento de carreras salvadas a la defensiva, además de un UZR de -1.6 que fue el segundo peor de su carrera, después del -11.3 de 2016.
Pero acá, en su alcance a la defensiva y corrida de bases, es cuando podemos acudir a las igualmente valiosas perspectivas tradicionales. Con apenas 32 años, no parece correcto asumir, cuando menos todavía, que la edad ya le está pasando factura a Andrus. En su lugar, es posible que el jugar para un conjunto que no ha sido competitivo en ninguno de los cuatro años más recientes haya afectado negativamente su nivel motivacional.
Un movimiento a un conjunto que no solo destronó a los Astros en la cima de la división oeste de la Liga Americana el año pasado, sino que también tiene tres zafras corridas asistiendo a la postemporada y que cuenta con un núcleo de jugadores jóvenes y promisorios, bien podría revivir la agresividad y pasión de Andrus en el terreno.
Es importante recordar que el campocorto accedió a dejar a un lado la cláusula de “no cambio” que se le otorga a todo pelotero con por lo menos 10 años de servicio en las mayores y cuyos cinco últimos han sido con el mismo uniforme, para que los Rangers pudieran concretar la transacción. Un claro indicativo de que Andrus deseaba estar en Oakland.
Por su parte, más allá del punto de vista motivacional, el criollo también tiene intereses monetarios que le pueden inyectar un extra a su desempeño de ahora en adelante.
Si bien el contrato que firmó hace años con Texas le garantiza recibir un poco más de 14 millones de dólares en cada una de sus siguiente dos campañas, hay una opción en el mismo por $15 millones para 2023, que luego de materializada la transacción, pasó de ser una cláusula que necesitaba de aprobación mutua para hacerse efectiva, a una que automáticamente cobrará vida si Andrus suma por lo menos 550 apariciones al plato en 2022 o 1.100 en los próximos dos años combinados.
Con todos estos motivos presentes, todo parece indicar que los A’s estarán recibiendo la mejor gasolina que resta en el tanque de un Andrus que no solo tiene argumentos numéricos para soñar con recuperar su forma pasada, sino que también cuenta con las aspiraciones personales y monetarias para buscar su mejor versión en California.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Fort Worth Star-Telegram.