Los números no mienten. Es sencillo para fanáticos y expertos asegurar que Miguel Cabrera es el mejor pelotero venezolano de todos los tiempos en las Grandes Ligas. Una simple mirada a las estadísticas generales, sin ni siquiera la necesidad de escudriñar demasiado, es más que suficiente para evidenciar que la afirmación es absolutamente correcta.
Pero cuando se trata de que otras luminarias criollas que han dejado su huella en el máximo escenario lo reconozcan, quizás se torne más complicado. Para ellos también puede ser evidente, pero un tema de orgullo profesional, que nunca es malo entre atletas, puede trabar el proceso de aceptarlo.
Sin embargo, por lo menos en el caso de las leyendas venezolanas de la gran carpa, ceder la silla de cabecera en la mesa no es un problema. No cuando se trata de «Miggy».
«Para nosotros es una fuente de gran orgullo», le comentó Bob Abreu a MLB.com sobre Cabrera. «Es nuestro próximo Salón de la Fama«.
Abreu, quien disputó 18 temporadas en las mayores hasta su retiro en 2014, indudablemente entra en el grupo de jugadores nacidos en el país sudamericano que han alcanzado la cumbre del beisbol. De hecho, su bWAR vitalicio de 60.17 es superado únicamente por el de Cabrera (68.89) entre criollos.
No obstante, en efecto, el dos veces ganador del premio MVP tiene más que seguro su puesto en Cooperstown, donde sería apenas el segundo nativo, después de Luis Aparicio, en ingresar.
«Ve el juego desde otro punto de vista», indicó Carlos Guillén, compatriota y excompañero del astro maracayero en los Tigres de Detroit. «No es solo el bate, sino la forma en la que juega y ve el beisbol. La forma en la que se prepara psicológicamente», añadió.
Innegable:
Cabrera, quien este pasado domingo se convirtió en apenas el vigésimo octavo toletero en la historia de las mayores, sexto latino y primer venezolano en sumar 500 bambinazos en las mayores, es líder absoluto entre criollos en jonrones (500), empujadas (1.785), dobles (591), carreras anotadas (1.498) y campeonatos de bateo (cuatro).
Además, también está igualado con Antonio Armas en lideratos de vuelacercas (dos) y con Andrés Galarraga en títulos de máxima grúa (dos).
«Es el mejor jugador nacido en Venezuela. Ha sobrepasado a todos los otros«, comentó Magglio Ordóñez, quien también compartió clubhouse con Cabrera en su paso por Detroit. «Será el segundo venezolano en el Salón de la Fama».
Ordóñez, un seis veces invitado al Juego de Estrellas, ganador de tres Bates de Plata y de un título de bateo, jugó junto al aragüeño durante los últimos cuatro años de su carrera.
«Para mí en lo personal, fue un verdadero privilegio jugar con Miguel Cabrera. Lo disfruté mucho. Es un profesional excepcional, extraordinario«, continuó Ordóñez.
Cuando el triplecoronado en 2012 llegó a las Grandes Ligas con los Marlins en 2003, Abreu todavía pertenecía a los Filis. Como rivales de en la división este de la Liga Nacional, el «Comedulce» tuvo muchas oportunidades para ver de cerca el talento de su compatriota, para ese entonces aún en ascenso.
«Podías ver de inmediato el talento especial que mostraba y que era alguien que sabía lo que estaba haciendo en el plato. Un bateador con mucha disciplina. Sabía lo que estaba buscando y lo que iba a hacer«, explicó Abreu. «También sabía hacia dónde iba el pitcheo y para dónde iba a conectarlo, bien fuera para la banda contraria, por el centro o a hacia su lado si era necesario».
Entre tantos elogios, quizás Guillén encontró la forma más sencilla y acertada de explicar lo que significa Cabrera para todos los venezolanos, incluyendo a quienes pavimentaron el camino para él.
«Es una de las caras que nos representa. Para todos los fanáticos venezolanos, latinoamericanos y todos en general, eso es importante», indicó.
Abreu, y posiblemente todo ciudadano nacido en Venezuela, coindice con Guillén cuando califica a «Cabby» como un claro representante de la nación.
«Se trata no solo del orgullo que siento por él, sino del que sienten todos los venezolanos al saber que Miguel Cabrera nos representa. Estamos muy felices», concluyó el exjardinero.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Tigres.