Hace al menos un par de semanas atrás el presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), Giusepe Palmisano, sembró una especie de temor en los aficionados después de asomar la posibilidad de que el torneo 2020-2021 no se realice por distintos flagelos, incluido el del Coronavirus. No obstante, la opción de que el mismo se desarrolle a puertas cerradas está en discusión.
Asà lo manifestó en una reciente entrevista Pedro Infante, actual Ministro del Deporte y uno de los responsables de impulsar la práctica de la disciplina profesional en el paÃs. El titular del ente señaló que desde su despacho se encuentran avocados en el estudio y análisis de la situación, en procura de hallar el mejor escenario posible para sacar adelante el campeonato sin poner en peligro la salud de los involucrados.
“Está latente que la temporada sea sin afición. Aunque estamos planteando la idea sobre ver cuáles son los estadios en los que se pueda jugar si riesgo alguno de contagio por coronavirus. Hay ideas sobre la mesa. Solo debemos esperar por la decisión finalâ€, dijo Infante en palabras recolectadas por el portal sunoticieroweb.com.
La ausencia de público y su duro impacto en la economÃa de la LVBP
Ante este escenario surge una gran interrogante ¿resultarÃa factible este plan para los dueños de equipo? La respuesta parece ser un rotundo no.
Es la venta de boletos una de las principales fuentes de ingreso para los clubes de la LVBP. No solo por la entrada en sÃ. Sino por el hecho del consumo que llevan a cabo los fanáticos una vez están dentro de los distintos recintos.
De hecho, otra de las vÃas para obtener ganancias son los permisos que se le otorgan a los distintos concesionarios para la venta y exposición de sus productos en las inmediaciones de los distintos parques que forman parte del circuito.
¿Estarán dispuestas las directivas de prescindir de este medio financiero a modo de sacrificio solo para complacer a los aficionados venezolanos y estos no se queden sin béisbol durante el invierno? Esta duda solo será despejada una vez haya un pronunciamiento oficial de la directiva de la LVBP al respecto.
Lo que podrÃa tener a favor dicha medida de precaución serÃa que durante la temporada anterior las organizaciones, de cierta manera, tantearon el terreno de cómo es jugar sin la presencia de público. Pues en muchos parques fue notorio la debacle en la asistencia de los aficionados.
Pero no es lo mismo salir a jugar frente a 100 personas que ante absolutamente nadie, más allá de los integrantes de los equipos y personal de los Medios de Comunicación.
Jugadores frente a un difÃcil panorama
He allà la raÃz de otro escollo: ¿Aceptarán los peloteros las consecuencias de jugar sin aficionados?
El aspecto más sobresaliente de ese cuestionamiento, sin dudas, es el económico. A menor ingreso, menor capital tendrán los clubes para ofrecer contratos lo suficientemente atractivos como para convencer a los jugadores de defender sus causas e incluso exponer su integridad fÃsica.
Aunque si bien en más de una ocasión muchos de ellos han manifestado que cuando acceden a participar en la LVBP no lo hacen por dinero. En esta ocasión se presenta un panorama completamente distinto y complejo.
No solo existen inconvenientes por el Covid-19. Con diferencia a los campeonatos anterior la crisis socio-económica que atraviesa el paÃs se ha agudizado un poco más y por ende la calidad de vida ha sufrido un duro golpe adverso.
¿Existe suficiente amor y compromiso de un jugador para con la franquicia a la que pertenece como para jugar bajo condiciones adversas? Es otra pregunta que queda en el aire y que muy probablemente se irá respondiendo los próximos dÃas, con manifestaciones tanto públicas como privadas por parte de todos los involucrados.
Redacción Sports Venezuela
Foto: LVBP