Márquez no se preocupa demasiado por sus recientes problemas de control

Contar con brazo potente, que sea capaz de alcanzar con frecuencia cifras elevadas en la pistola de millas por hora, es una de las principales virtudes que puede tener un serpentinero; sin embargo, como ha quedado comprobado en muchas oportunidades pasadas, la velocidad no lo es todo. Hay una diferencia entre ser un tirador y un lanzador, y durante prácticamente toda su carrera como ligamayorista, Germán Márquez ha sido lo segundo.

El venezolano tiene la fortaleza como para acercarse al triple dígito en el medidor de velocidad en cada una de sus aperturas, pero además ha dejado evidencia de que también posee otra importante virtud para un pitcher: el control.

En sus primeras cinco campañas como ligamayorista, Márquez nunca finalizó con un porcentaje de boletos por cada nueve entradas mayor a 2.8, cifra que marcó en el recortado torneo anterior. Desafortunadamente para el diestro de los Rockies, las semanas iniciales del presente torneo han mostrado una versión suya muy distinta.

«Para mí, el control ha estado mal todo el año«, le dijo Márquez al portal oficial de su divisa el miércoles. «Así que tengo que seguir trabajando en mi mecánica. No quiero llenar mi cabeza de pensamientos negativos. Mi deseo es seguir trabajando en ello y los resultados se van a ver muy pronto».

Cerca de igualar sus pasaportes otorgados en todo el 2020:

Tras 32 episodios y dos tercios de labor en 2021, el nativo de San Félix ha regalado 19 boletos, más que cualquier otro lanzador de la Liga Nacional antes de la jornada del jueves y apenas seis menos de los que concedió en 81.2 capítulos el año pasado. Su porcentaje de pasaportes por cada nueve innings marca una cifra impensable de 5.2 en lo que va del actual campeonato.

«Estaba moviendo el hombro izquierdo con demasiada rapidez», dijo el dirigente de los Rockies, Bud Black, en un intento por desmenuzar la mecánica de su serpentinero en la salida del miércoles ante los Gigantes. «No estaba generando una extensión correcta (del brazo). Parecía como que su movimiento era muy corto, no estaba bajando el montículo. Eso creó pelotas fuera de la zona de strike. La velocidad de su recta lo abandonó por ese apuro. Con esa falta de extensión, vimos tres boletos. Pudimos apreciar bolas con la recta y también con el slider», agregó.

Márquez, de 26 años de edad y quien fue el encargado de abrir el juego inaugural de los Rockies por segundo año corrido, apenas pudo trabajar cuatro capítulos en esa última presentación frente a San Francisco, tolerando igual cantidad de carreras y hits, además de los tres boletos. Esa fue la segunda salida al hilo en la que el criollo regaló un trío de pasaportes y ha caminado a más de uno por juego en cada una de sus actuaciones este año, incluyendo a seis en el «Opening Day».

«Ese pequeño detalle lo voy a corregir muy pronto. Lo haré cuando esté trabajando en mi sesión de lado o mientras suelte el brazo. Todo va a salir bien«, aseguró el derecho.

A pesar de dichos problemas de control, como buen «as», Márquez se las ha ingeniado en todas sus aperturas hasta ahora para mantener a Colorado en el juego mientras está en la lomita. En general, registra una efectividad de 4.13, con un WHIP de 1.46 en su media docena de apariciones en la joven campaña.

«Físicamente, me siento muy bien. Pero tengo que ajustar ese pequeño detalle que me hará ser bueno», cerró.

Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza

Foto: Cortesía Rockies.

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