Una de las personas que mejor conoce a Miguel Cabrera es José Iglesias, actual campocorto de los Angelinos. Estuvieron juntos por cinco temporadas con los Tigres de Detroit y el cubano conoció la faceta más allá del campo del venezolano. Establecieron un vínculo lo suficientemente sólido como para que rivalidades estén por encimas de hitos.
Es por eso que Iglesias no tiene ningún problema en admitir que desea que Cabrera conecté su jonrón 500 de por vida en las Grandes Ligas ante los Angelinos. Poco le importará si ese batazo tiene impacto en la derrota de su equipo, porque desea ver a un amigo meterse en la historia del beisbol.
“Aprendí mucho de Miggy, su consistencia y liderazgo”, afirmó Iglesias a Detroit Free Press. “Es un jugador único. Puede ser difícil durante algunos momentos, pero generalmente hablando, es genial. Amo a Miguel. Más allá del beisbol, es mi amigo. No podría estar más feliz por él porque lo que está logrando después de todo lo que ha pasado. Jugó con muchas cosas que solamente yo y otros compañeros saben”.
A lo que hizo referencia Iglesias, fueron las lesiones. Vio cómo Miguel Cabrera salió al campo con todo tipo de dolencias físicas, pero nunca solicitó descanso o las utilizó como excusa. Para el venezolano producir era lo más importante y no permitió que una dolencia, pequeña o grande, se lo evitara.
De hecho, desde 2013 hasta 2017, Cabrera promedió 143 encuentros por temporada. Durante ese periodo, de acuerdo a José Iglesias, sufrió múltiples lesiones, sin embargo, se mantuvo en la alineación. Fue algo que valoró y trató de incorporarlo a su rutina.
“No importa cómo te sientas, debes jugar”, aseguró Iglesias sobre una lección que aprendió de Miguel Cabrera. “Tenías a Miguel con una fractura por ahí. Dolores de cadera y en el bíceps, pero jugaba a pesar de eso. Fue un gran ejemplo para todos”.
Ligando el jonrón de Miguel Cabrera
Durante este miércoles 18 de agosto, será la última oportunidad en el año que José Iglesias verá a Miguel Cabrera en el terreno de juego. Desde el jueves viajará con los Angelinos por el resto del país y Detroit no volverá a ser un destino. Se irá con una sonrisa si su amigo conecta el jonrón 500 y lo abraza luego de recorrer las bases.
«Mantengo mis ojos en Miggy y el equipo», dijo el martes Iglesias, de 31 años, afuera del banquillo visitante en Comerica Park. «Estoy muy emocionado por él. Ojalá lo haga para que yo pueda verlo y experimentarlo. Es un tipo que jugó mucho. Eso será un gran logro para él, su familia y todo el mundo”.
Cabrera no la tendrá fácil. Se medirá a Shohei Ohtani, el lanzador que menos cuadrangulares ha concedido esta temporada y que posee un repertorio que es sumamente complicado de conectar con fuerza.
Curiosamente, uno de los que más ligará esa conexión será el campocorto que estará detrás para ayudar a Ohtani. Después de todo, el beisbol va después de la amistad entre José Iglesias y Miguel Cabrera.
«Simplemente nos amamos», dijo Iglesias. «Fue una gran manera para mí de aprender, de ver su rutina y preparación. Miggy no dice mucho, pero cuando lo hace, es muy especial».
Escrito por: César Sequera Ramos |@CesarSequera11
Foto: Detroit Free Press