Los Tigres saben que su principal atracción durante el resto de la temporada son los objetivos individuales de Miguel Cabrera. Ya el conjunto no tiene posibilidades de pelear por un puesto a la postemporada y tampoco cuentan con un prospecto que esté cerca de debutar. Solamente ver al venezolano acercarse a los 3.000 hits y conectar el jonrón 500 motivaría al aficionado a ir al Comerica Park.
Es por eso que la gerencia y el mánager A.J Hinch acordaron. Cabrera no jugó en el último juego de la serie ante los Orioles en Baltimore. El pelotero estaba en perfectas condiciones y no necesitaba descanso, sin embargo, no quería correr el riesgo de que el vuelacerca 500 llegara lejos de Detroit.
Después de todo, los próximos seis encuentros de los Tigres serán en el Comerica Park, por lo que habrá espacio suficiente para el criollo para meterse en la historia de las Grandes Ligas con su público como espectador.
“Realmente quería que jugara, pero cuando regresaba al clubhouse y pensaba al respecto, no se sentía bien”, dijo Hinch, quien prometió que Miguel Cabrera jugaría el jueves y luego no lo insertó en el line up. «Veo lo que Miggy tiene que hacer para prepararse. Era cerca de la medianoche y estaba en la bañera y estaba recibiendo su tratamiento posterior al juego. Me di una ducha, volví al hotel y todavía no me sentía bien. Me dije a mí mismo que me iba a quedar dormido. Cuando me desperté esta mañana, lo decidí».
La postura de Hinch no fue compartida en Venezuela, ávidos de ver a Miguel Cabrera unirse al club de los 500 cuadrangulares. Pero sí fue celebraba en Detroit, que están seguros que su jugador soltará el batazo de vuelta entera durante estos seis encuentros como local.
«No tenía idea de si podría suceder (el jueves), pero todos en Detroit quería ser parte de esto», dijo. «Puedo quedar atrapado en el deseo de que suceda lo antes posible. No tengo ni idea de si puede suceder en la casa… Espero que demuestre que tenemos razón para golpear en casa frente a nuestros fanáticos y que sea para una victoria».
Miguel Cabrera busca el jonrón para liberarse
El venezolano no tiene un año escuchando preguntas sobre unirse al club de los 500 jonrones. Tampoco son dos o tres. Su fanaticada tiene, por lo menos, cinco años esperando esa conexión y, ahora que está a tiro, se convirtió en un evento especial. Tanto que todas las Grandes Ligas lo sigue de cerca y la presión se empezó a notar.
“Intentas hacer algo para demostrar quién eres o para demostrar lo que has estado haciendo durante toda tu carrera y pierdes tu enfoque”, afirmó Cabrera sobre el objetivo. “Es algo que me ha estado molestando en los últimos dos o tres años, no quiero poner una excusa, solo necesito hacer un mejor trabajo en el campo y hacer un mejor trabajo cuando bateo”.
Afortunadamente para Miguel Cabrera, está a un cuadrangular de la liberación. Es cierto que llegar a los 3.000 hits es otra “exigencia” sobre sus hombros, sin embargo, es una meta que alcanzará para el siguiente año y que no traerá tanta presión como los 500 cuadrangulares.
“Olvidarme de los hitos, olvidarme de los números, salir a jugar mejor y después ver el resultado final, es lo que intento hacer”, dijo el venezolano.
Escrito por: César Sequera Ramos |@CesarSequera11
Foto: Detroit Tigers