Si existe alguien que palpó de primera mano lo que fue el efÃmero transitar de la superestrella del baloncesto Michael Jordan por el béisbol afiliado al sistema de Grandes Ligas, ese fue el venezolano Ozzie Guillén.
Guillén fue integrante y una de las figuras principales de aquel equipo de los Medias Blancas de Chicago que en 1994 le tocó acoger al para entonces deportista más famoso del mundo en sus campos de entrenamiento ubicados en Sarasota, Florida. Mismo, en el que de acuerdo con palabras del otrora campocorto, Jordan supo adaptarse rápidamente a pesar de su estatus.
“Nosotros ya sabÃamos que él iba a estar allÃ. La gerencia no los habÃa comunicado y nadie de nuestro equipo, que éramos un grupo bastante tranquilo, tuvo alguna objeción al respecto. De hecho, eso es ahora cuando se les consulta a los peloteros antes de tomar una decisión. Antes no, antes lo que decÃa la directiva y el manager eso eraâ€, contó Ozzie vÃa telefónica desde su hogar, precisamente en Chicago.
Guillén y su memorable experiencia con Jordan
Fue poco más de un mes el que tuvo “Jumpman†compartiendo terreno con todo la plantilla grandeliga de los patipálidos. Tiempo suficiente para que exhibiera no solo sus capacidades atléticas, sino también su lado más humano, su profesionalismo y sus deseos de aprender.
“El disfrutó esa experiencia. Lo hizo como ser humano, a pesar de que hubo comentarios sobre que habÃa decidido jugar béisbol por otras razones. Él solo querÃa escapar de todo lo que le rodeaba en la NBA. Vivir normal y siempre se comportó a la altura. Mostró profesionalismo. Nunca se quejó porque lo tratábamos como un rookie (novato) más y lo mejor fue que siempre supo lidiar con la gran movilización de la prensa, sin que eso nos afectara o interrumpiera de alguna manera nuestra intimidad como equipoâ€, recordó Guillén.
Para el ex toletero y ex manager de MLB, el transitar de Michael Jordan por el béisbol ha sido subestimado, pues cree que tiene gran mérito haber sido el máximo exponente del deporte universal y aceptar jugar a un nivel como el de la categorÃa Doble A, con todo lo que eso implica.
“El merece mayor crédito del que le han dadoâ€, reconoció Ozzie. “Siendo Michael Jordan, él nunca se sintió por encima de todos esos muchachos que allà jugaban (Birmighan Barons). Viajaba en el mismo autobús que el resto de los jugadores, cuando bien pudo haberlo hecho en su carro particular con todas las comodidadesâ€, explicó Guillén, que tuvo todas esas vivencias en las cuatro campañas que estuvo en las filiales de los padres de San Diego antes de ser cambiado a los Medias Blancas.
Más allá de los números
Si bien los números de Jordan no corresponden a los de un atleta que estuvo siempre por encima del promedio, su aporte para con el juego estuvo en otros aspectos, aseguró Guillén, Y uno de estos elementos fue su disposición y disciplina para escuchar y aprender de los que sabÃa quiénes éramos los peloteros con mayor experiencia.
“En el Spring Training a él lo ponÃan en la práctica de bateo con todos los caballos. No con los otros grupos. Y él nunca se quejó. Era demasiado buena gente, respetuoso, un trabajador incansable. Casi siempre era el primero que llegaba al cage (caja de bateo) y el último que se iba. Fui testigo de las ampollas que tuvo en las manos y las varias oportunidades en la que les sangraron. Me impresionó y eso es digno de reconocerâ€, contó el criollo, que en 2005 llevó al conjunto de Chicago a conquistar el tÃtulo de Serie Mundial.
En resumidas cuentas, para Oswaldo Guillén la experiencia de Michael Jordan como beisbolista no fue una mancha dentro de su impecable historial de deportista, como muchos lo quisieron dejar ver. Por el contrario cree que eso enalteció más su nombre y le demostró a muchos su gallardÃa para asumir un reto tan importante.
“Lo que hizo fue muy difÃcil. Si se ponen a ver, remolcó más de cincuenta carreras sin nunca haber jugados béisbol profesional antes. Yo puedo asegurar que existen jugadores que están desde la preparatoria, el high school, que han pasado por todas las Clase A y aun asà son incapaces de empujar cincuenta carreras en una temporada. No solo la gente debió darle mayor reconocimientos, soy de los que piensan que incluso los Medias Blancas pudieron ofrecerle otra oportunidad para seguir jugandoâ€, dijo el siempre dialéctico Guillén.
Un lazo que los une
Actualmente Oswaldo Guillén y Michael Jordan comparten una relación fraternal. Guardando las distancias, por un pasaje de sus carreras ambos fueron Ãdolos de la fanaticada en la catalogada “Ciudad de los Vientosâ€, cada uno en sus disciplinas. De hecho, en 1985 ambos hicieron historia al ser los ganadores del premio Novato de Año, en la MLB y NBA, respectivamente.
“Mike es mi amigo. Yo siempre lo fastidaba, le decÃa `si el mejor atleta del mundo no puede pasar de Doble A entonces yo soy el mejor atleta del mundo porque llegué a Grandes Ligas´â€, contó con un ligero tono jocoso Ozzie.
Con respecto al documental “El Último Baileâ€, el cual este domingo (lunes en Latinoamérica) tuvo el estreno de los capÃtulos 7 y 8 a través de la plataforma de Netflix, Guillén confesó no haberlo visto si quiera una vez.
“Conozco suficiente de la vida deportiva de Michael. Mis hijos si la están viendo y a veces me preguntan sobre algunas cosas para coroborrar, pero yo como todos saben estoy aprovechando mi tiempo libre para disfrutar de mis dos nietos, que son los más importantes para mà ahora mismoâ€, sentenció.
Escrito por: Rayner Rico / @RaynerRico29
Foto: MILB