Los exbeisbolistas Robert Pérez, Bob Abreu y Edgardo Alfonzo fueron exaltados este sábado al Salón de la Fama de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), ubicado en Valencia, Carabobo, en una ceremonia marcada por la emotividad.
Todos fueron prolíficos bateadores de la década de los 90 y extendieron sus carreras hasta el siglo XXI para convertirse en íconos de la pelota nacional.
Pérez, que disputó 27 temporadas de LVBP con Cardenales de Lara, totalizó 1.301 encuentros, 222 dobles, 35 triples, 125 jonrones, 639 empujadas y 625 anotadas. Promedió .282.
Abreu, ícono de Leones del Caracas, conservó un average de .304 en 540 choques. En ellos sumó 100 tubeyes, 24 triangulares, 43 vuelabardas, 258 remolcadas y 313 marcadas.
Alfonzo, que defendió las franelas de Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua, jugó 17 torneos y ostentó un porcentaje ofensivo de .294 con 85 biangulares, 10 tripletes, 28 vuelabardas, 245 remolcadas y 211 registradas en 504 topes.
Las palabras de Pérez
Pérez, ganador de cinco títulos de la LVBP (cuatro con Lara y uno como refuerzo de Magallanes), fue el personaje que dejó aflorar más sus sentimientos en la ceremonia a la que asistieron representantes de medios de comunicación de distintas zonas del país.
“Jugar béisbol es bonito, pero lo que llena de orgullo es la formación de mis padres para ser un hombre de bien, tener educación y principios”, dijo Pérez en un diálogo con José Ángel Rodríguez, periodista de la LVBP, al que le confesó que sus familiares fueron pilares en su carrera en la LVBP.
“Mi hermano (se reservó el nombre) falleció hace poco, pero fue mi gran modelo a seguir como atleta y ¿Mi fan número uno? Mi mamá, Luisa. Fue la persona que me agarró de la mano y me llevó al estadio por primera vez. Nunca faltó a un juego, aunque saliera a las 2:00 am del estadio por mis rutinas luego de cada juego, ella me esperaba. Gracias, eres grande”.
La emoción de Abreu
Abreu, que con Leones alzó un gallardete, también dejó que la emoción lo invadiera y recordó a sus progenitores que lo guiaron en el mundo deportivo. A sus papás los considera sus grandes mentores y por eso expresó su agradecimiento.
“Quiero darle las gracias a mi madre (no dijo su nombre), una persona que me crio con valores, que intento mantener. Me enseñó a hacer una persona correcta. A mi papá, ‘El Comedulce’ (sólo reveló su apodo), siempre será mi ídolo, la persona que siempre he admirado en mi vida y que hoy Dios tiene en la gloria”, indicó Abreu que le cedió la palabra a Alfonzo, un hombre que levantó tres copas de LVBP con Navegantes y dos con Tigres -sólo una como adición- y agradeció el gesto de pasar al pabellón de los inmortales del certamen patrio.
Alfonzo valoró las enseñanzas de Gregorio Machado, su coach con La Nave Turca por varios años y quien lo firmó a la pelota rentada.
“Quiero darle un agradecimiento especial a un señor que creyó en mí cuando empecé en este juego, me firmó con los Mets de Nueva York y luego también me dio la oportunidad de jugar con los Navegantes del Magallanes, él es Gregorio Machado”, comentó Alfonzo antes de agradecer al todopoderoso por los favores recibidos y fotografiarse con Pérez y Abreu con quienes conforma una clase única para el templo, tal y como dijo el orador de orden Domingo Álvarez.
“El Salón de la Fama hoy (sábado) se transformó en el Salón de las Emociones. El tiempo no pasa, el tiempo está allí. Podemos decir que Robert Pérez, Bob Abreu y Edgardo Alfonzo están en la eternidad”, declaró Álvarez.
Escrito por: Joseph Ñambre | Twitter: @JosephSports27
Foto: LVBP