Sonaron los campanazos y entró enero vestido con su mejor traje. En Barquisimeto quieren ponerle ropa roja al año 2025 y Cardenales de Lara podría ser la excusa perfecta para que haya fiesta en el estadio Lara.
Son nueve clasificaciones consecutivas al Round Robin de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), por parte de los crepusculares. En ese lapso ganaron dos campeonatos (2018-19 / 2019-20) y jugaron seis finales. Huelen el título todos los años y en esta campaña no es la excepción.
Empezaron el todos contra todos de la 2024-25 con tres triunfos sin derrotas, con un panorama totalmente alentador y diferente al fatídico 0-4 con el que iniciaron el Round Robin de la 2023-24, pero del que se recuperaron para pasar a la Gran Final.
Para competir mejor en estos playoffs, la gerencia y el cuerpo técnico tomaron algunas decisiones que están generando impactos positivos de inmediato.
Cardenales resuelve el tema del campocorto
No contar con Luisángel Acuña era una preocupación importante para el mánager Henry Blanco. Lo que significó el grandeliga de los Mets de Nueva York en el equipo fue clave. Estabilizó la defensa y su bate fue rendidor y oportuno. Por eso, encontrar un pelotero que sustituyera semejante talento era un examen difícil de aprobar.
Cuando todos pensaban que iba a jugar Jermaine Palacios en las paradas cortas, Blanco sorprendió y le entregó el puesto a novel Eduardo García. El impacto positivo fue inmediato, bateó de 9-5 (.556 AVE) con dos remolcadas, dos anotadas y un jonrón en los tres primeros juegos.
Defensivamente tiene un error, pero ha jugado con solvencia la posición 6 del cuadro interior.
Encontraron un cerrador de calidad
La lesión de Vicente Campos obligó a Henry Blanco a formar un comité de cerradores entre sus brazos del bullpen. Era una de las falencias de la estructura perfectamente conformada por el alto mando. Sin embargo, esto no fue impedimento para asegurar el primer lugar en la ronda regular.
No obstante, para competir en el playoff era menester conseguir un brazo que se encargara a tiempo completo de esa tarea. Estaba disponible en la segunda ronda del draft a Arnaldo Hernández y los alados aprovecharon la oportunidad.
Con “Nado” fueron a la guerra, a pesar de presentar una versión muy distante a lo que demostró en la pasada campaña con Tiburones de La Guaira.
Eso no frenó a Blanco en otorgarle la pelota para poner los candados. Llegó al equipo y sacó su arsenal en los tres primeros juegos. En cada uno de esos juegos se apuntó salvamentos: 3.1 IL, 4H, 1CL, 1BB, 5K y 2.70 de efectividad.
Mejorar su bateo con dos caraquistas
Si había un aspecto colectivo a mejorar por parte de los Cardenales de Lara era su bateo colectivo. Tuvieron el promedio más bajo del circuito con .280, incluso tres puntos porcentuales por debajo de los Caribes de Anzoátegui.
Fueron últimos en hits conectados (524), pero cuartos entre los que más rayitas anotaron (328). Necesitaban reforzar ese aspecto y lo hicieron con dos bates importantes de los Leones del Caracas.
Como primer pick tomaron a Harold Castro y en la ronda de sustituciones añadieron a José Rondón. Ambos son utilizados en las esquinas de los jardines, y en el medio del corazón ofensivo.
Castro bateó .500 (8-4), con 3 impulsadas, 4 anotadas, un doble y un jonrón. Mientras que Rondón liga para .385 AVE (13-5), anotó una y remolcó dos.
Se marcha su mejor pelotero
Carlos Narváez es probablemente el pelotero más importante de Cardenales en la actual campaña. Es un receptor elegante, inteligente para guiar el pitcheo y con un bate que ha pulido mucho más.
Antes de empezar el Round Robin, el pelotero de los Medias Rojas de Boston, recibió la llamada de su organización y le otorgaron permiso para jugar hasta el 7 de enero. Por tal motivo, Narvaéz cierra contra Navegantes del Magallanes el próximo martes.
Blanco tiene a nombres como Ali Sánchez y Yojhan Quevedo para ocupar la posición número 2.
Por Raúl Zambrano Cabello / Cuenta de X: @RaulZambrano7
Foto: Cortesía de Daniel Sosa / Prensa Cardenales de Lara