En noviembre de 2014, fresco de ganar su tercer anillo de Serie Mundial en cinco años, Pablo Sandoval decidió que era momento de navegar aguas desconocidas y ver qué tenía para ofrecer el beisbol fuera de San Francisco. El venezolano pactó por cinco años y 95 millones de dólares con los históricos Medias Rojas, en una unión que parecía ser idónea para ambos bandos.
Pero el diamante mostró su lado oscuro y dicha contratación terminó dando mucho de qué hablar por las razones equivocadas. Varios años más tarde, ese acuerdo se mantiene en la discusión de los peores en las Grandes Ligas durante, por lo menos, el último par de décadas.
El «Panda» ligó apenas para .245 en su primer año con Boston en 2015 y se perdió la mayor parte de la campaña siguiente por una lesión. En julio de 2017, al momento de ser liberado de su contrato, el promedio de Sandoval era de solo .212 puntos. Tras cesantearlo, el alto mando patirrojo tuvo que absorber los casi 50 millones de dólares restantes en el pacto del criollo.
Poco tiempo después de salir del Fenway Park por la puerta trasera, el carabobeño regresó a los Gigantes, con quienes se mantuvo en un rol situacional hasta el año pasado. Luego de que los californianos lo dejaran en libertad, los Bravos le ofrecieron un pacto de ligas menores y lo terminaron incluyendo en su roster de playoffs.
Repitieron el experimento:
Este año, Atlanta decidió aplicar un plan similar e invitó a Sandoval a sus entrenamientos primaverales sin ningún tipo de garantías; sin embargo, el ambidiestro conectó para .400 en 19 duelos de pretemporada y se ganó un cupo en la plantilla de 26 peloteros como una opción desde la banca.
A casi dos meses del inicio de la presente zafra, los Bravos realizaron una poco habitual visita a Boston, que también significó el retorno de Sandoval a la casa que alberga al «Monstruo Verde». En los dos desafíos de la serie, el venezolano fungió como bateador designado. El martes sacudió tres sencillos en cuatro turnos, mientras que el miércoles falló en su cuarteto de chances, incluyendo uno que acabó en ponche.
Si bien la mayoría de los aficionados presentes abuchearon a Sandoval en cada turno, tal como era de esperarse, el experimentado infielder aseguró sentirse emocionado por regresar a uno de los principales templos del beisbol.
«Estoy feliz. Es una de esas cosas que estaba esperando con ansias«, le dijo Sandoval a The Atlanta Journal-Constitution. «No me tratan tan mal aquí. Gran apoyo de los fanáticos y una gran organización. Supongo que las cosas no salen bien a veces, pero estoy contento de volver y de ayudar a mi equipo a ganar».
En su primera experiencia completa con Atlanta, el dos veces All-Star exhibe una línea ofensiva de .261/.358/.522, con cuatro jonrones, 10 remolcadas y un OPS de .880.
Todos los cuadrangulares y fletadas de Sandoval han llegado como bateador emergente, liderando en esos departamentos a quienes comparten dicho rol a lo largo de las mayores.
«Quería estar aquí después de ese abreboca de la temporada pasada«, comentó el criollo sobre retornar con los Bravos.
Quizás más importante aún, sus compañeros en el clubhouse también aplauden la decisión de ambas partes de unir fuerzas nuevamente.
«Es uno de esos tipos que sirve de pegamento para el grupo», dijo el lanzador Charlie Morton sobre Sandoval. «Es alguien que va más allá de culturas y lenguajes. Mantiene al conjunto unido y está haciendo un excelente trabajo. Es muy divertido en el clubhouse, un individuo muy agradable. Recibir la oportunidad de jugar con él es bastante especial», cerró.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Bravos.