Cuando los entrenamientos primaverales llegaron a su fin y los Bravos de Atlanta tomaron la decisión de incluir a Pablo Sandoval en su roster de 26 peloteros rumbo a la jornada inaugural, más de un aficionado e incluso experto se cuestionó la razón detrás de dicho movimiento. Si bien el venezolano tuvo un sólido rendimiento en el spring, el problema era que no parecía haber cupo en el equipo para un jugador de sus características.
¿Dónde iba a jugar Sandoval? Su promedio de .400 puntos y OPS de .910 en la primavera eran dignos de resaltar, pero no lo suficiente para arrebatarle al joven Austin Riley el puesto de tercera base regular. En cuanto a la banca, su compatriota Ehire Adrianza, también protagonista en la pretemporada de la divisa, ya había hecho el equipo y contaba con un prototipo más acorde al tradicional puesto de utility.
En apenas cinco apariciones al plato en esta campaña, el «Kung Fu Panda» ha contestado cada una de esas dudas y ha validado el argumento del dirigente Brian Snitker en el proceso. Atlanta es un mejor equipo con Sandoval en la nómina, y a estas alturas de su carrera, particularmente si viene desde la banca.
Un secreto que no debería ser tan secreto, es que a lo largo de su carrera como profesional, el nativo de Puerto Cabello ha sido un gran bateador emergente. Es posible que muchos no lo recuerden tomando en cuenta que, durante la mayor parte de su trayectoria como ligamayorista, el ambidiestro ha sido una constante en los lineups de sus respectivos equipos.
Los números lo respaldan:
Pero cuando Sandoval recibe el llamado repentino para tomar el casco y el bate en medio de un desafío, su porcentaje de éxito ha sido bastante elevado. En sus cinco viajes al cajón de bateo este año, todos como bateador emergente, el dos veces All-Star tiene dos imparables, ambos cuadrangulares, junto con cuatro empujadas, dos anotadas y un boleto recibido.
Durante el desafío inaugural de los Bravos ante los Filis el pasado primero de abril, Sandoval entró a batear en el séptimo inning ante el estelar Aaron Nola, con un compañero en circulación y Atlanta abajo en el marcador por un par de rayitas. En cuenta de 0-2, el infielder la desapareció por el jardín derecho del Citizens Bank Park e igualó las acciones.
Y este pasado miércoles, en el segundo duelo de una doble cartelera ante los Nacionales, «Pandoval» lo volvió a hacer. Con la pizarra nivelada a cero carreras por bando en el séptimo acto, el carabobeño ingresó como emergente y la botó por el bosque central para impulsar las únicas dos anotaciones del compromiso, que le permitió a los Bravos barrer la doble tanda en Washington.
«Fue uno de esos momentos en los que se te pone la piel de gallina cuando golpeas la pelota«, le dijo Sandoval al portal oficial del club tras el cotejo. «Tienes que seguir trabajando y haciendo todo lo posible por recibir esas oportunidades».
Sandoval, de 34 años de edad, se convirtió en el primer jugador en la historia de los Bravos en remolcar todas las carreras de su equipo a través un jonrón en calidad de emergente dos veces en una misma temporada.
Esta magia viniendo desde la banca que exhibe el ganador del premio al MVP en la Serie Mundial 2012 no es nueva, pues en sus 14 campañas de experiencia en el máximo escenario, entre Gigantes, Medias Rojas y Bravos, Sandoval tiene una línea ofensiva de .313/.359/.527, con cinco vuelacercas, 26 impulsadas y un OPS de .886 en 142 apariciones al plato como emergente.
He allí la respuesta implícita de Snitker. Sabia decisión del otrora ganador de la distinción al Mánager del Año.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: AP.