Cuando Miguel Cabrera sacudió imparables en sus primeros tres turnos de la jornada del miércoles, para así alcanzar los 2.999 en su carrera como ligamayorista, nadie pensó que habría que esperar hasta el fin de semana para el siguiente. No era descabellado imaginarlo, pero el buen momento del maracayero en el cajón de bateo, junto con la ansiedad de todos los amantes al beisbol por ver a un nuevo miembro del club de los 3.000, se apoderaron del escenario.
La primera decepción llegó ese mismo miércoles, cuando el dos veces MVP falló en su último turno de la faena. Sin embargo, no había la menor duda de que al día siguiente, bajo la luz del sol en el Comerica Park, Cabrera conseguiría la hazaña y celebraría frente a todos los presentes, incluyendo a aficionados de los Tigres y a compatriotas venezolanos que realizaron el viaje con hambre de presenciar historia.
Pero los Dioses del beisbol tampoco se antojaron de escribir la nueva página ese día. El paleador de los bengalíes falló en cada uno de sus tres turnos iniciales ante los Yankees, y en lo que estaba previsto a ser su cuarto chance del día, el dirigente Aaron Boone optó por ordenar un boleto intencional que le arrebató el madero de las manos al criollo, en una decisión que recibió cualquier cantidad de críticas en las redes sociales.
Una vez superado el sabor agrío de aquel pasaporte ordenado, Detroit se alistaba para vestirse de gala nuevamente este viernes. Ahora contra los Rockies, y con su paisano Antonio Senzatela en el montículo, Cabrera tendría nuevas oportunidades de alcanzar la cifra redonda y escuchar el «Alma Llanera» en el sonido interno de la casa felina, tal como él mismo solicitó que ocurriera cuando por fin saliera el batazo.
Suspenso…¡bendito suspenso!
Esta vez no fue Boone, ni algún lanzador dominante que hizo el trabajo imposible. La Madre Naturaleza se empeñó en postergar la celebración cuando menos un día más, luego de que las difíciles condiciones climáticas forzaran a las Grandes Ligas a suspender el desafío entre Colorado y Detroit.
«El no saber es lo peor», le comentó el mánager de los Tigres, A.J. Hinch, a MLB.com sobre la espera por conocer si se disputaría o no el compromiso. «Podríamos cancelar el juego y que todo estuviera seco después, o sentarnos aquí por un par de horas y todavía no saber si jugaremos o no. Sé que este fin de semana será súper agradable, pero espero que Cabrera consiga el hit tan pronto como sea posible«, añadió.
La buena noticia es que, tras la suspensión del viernes, el 11 veces invitado al Juego de Estrellas ahora tendrá dos encuentros el sábado para intentar cristalizar la marca, pues Rockies y Tigres se verán las caras en una doble cartelera en la «Ciudad Motor».
Senzatela se mantendrá como el abridor de Colorado para el primer duelo de esa doble tanda, que tiene pautado arrancar a la 1:10 p.m. (hora del Este de los Estados Unidos y de Venezuela). Mientras tanto, el choque complementario está previsto a dar inicio a las 6:40 p.m., con el zurdo Austin Gomber como el encargado de lanzar las serpentinas por los visitantes.
Si bien la decisión final es de Hinch, salvo algún inconveniente de último momento, Cabrera debería alinear en el corazón ofensivo de los Tigres para ese primer cotejo. Antes de la suspensión del juego de este viernes, el ganador de la Triple Corona en 2012 figuraba como tercero en el orden y bateador designado de su novena.
En caso de que el ansiado imparable 3.000 no llegue en el careo inicial, sería una verdadera sorpresa si el aragüeño se ausenta del lineup en el complemento. Y luego de escuchar el abucheo que recibió Boone el jueves de parte de todos los presentes en el estadio tras ordenar el boleto intencional, Hinch sabe muy bien a qué atenerse si por voluntad propia continúa demorando lo inevitable.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Cortesía Tigres.