La presión estaba en su nivel más alto en esta primavera, pero Yonathan Daza hizo todo lo que pudo por mantener la compostura y disfrutar del juego que tanto le apasiona. Si bien su futuro a corto y largo plazo estaba sobre la mesa, la famosa mentalidad de “día a día” fue su mejor consejera.
Daza, de 27 años de edad, llegó a la recién culminada pretemporada de los Rockies sin opciones de ligas menores restantes. Como es bien conocido, cuando un jugador está en esa condición, no puede ser enviado a las ligas menores sin antes ser expuesto en waivers, donde cualquier otra organización interesada podría reclamar sus servicios.
En la mayoría de las ocasiones, incluyendo en esta, dicho reglamento implica un riesgo mayor para el equipo que para el mismo jugador, tomando en cuenta que mientras la organización pierde a uno de sus talentos, el pelotero recibe una nueva oportunidad de impresionar y llegar a las mayores.
Sin embargo, para alguien como Daza que ha formado parte de la franquicia púrpura desde que firmó como profesional en octubre de 2010, el cambio de aires no deja de resultar preocupante, en especial cuando tu currículum como ligamayorista indica que todavía hay mucho por probar.
“En verdad solo traté de divertirme y dar lo mejor de mí”, le comentó Daza a Sports Venezuela este martes, horas después de que fuera informado de que hizo el equipo grande de los Rockies rumbo al día inaugural. “Dejé todo en manos de Dios”, añadió.
Un verdugo en febrero y marzo:
Al igual que lo hizo en el spring pasado, cuando se encontraba como líder absoluto en el departamento de promedio de toda la primavera al momento en que la acción fue detenida por la pandemia, el jardinero volvió a castigar al pitcheo contrario en la más reciente edición de la pretemporada.
En 25 desafíos disputados, Daza registró una línea ofensiva de .364/.383/.500, con tres dobles, un jonrón, seis impulsadas, ocho anotadas y un OPS de .883 puntos.
No obstante, aún con su sólido rendimiento en el spring, el cupo del aragüeño en la plantilla del “Opening Day” estaba todo menos garantizado. Daza ha demostrado que está listo para un pitcheo de mayor nivel que el de triple A, categoría en la que ligó para .364 de average, con .952 de OPS en 89 compromisos en 2019.
Pero en las únicas pruebas que ha tenido el patrullero en la gran carpa, que también tuvieron lugar hace dos años, Daza no pudo emular su buen desempeño ofensivo de las menores, conectando para un promedio de apenas .206 en 44 duelos con los Rockies, incluyendo solo 15 hits en 76 turnos (.197) cuando fue titular.
Es posible que las dudas sobre si el venezolano podía contribuir ofensivamente a tiempo completo en la gran carpa hayan rondado por la cabeza del alto mando de Colorado durante la primavera, en especial luego de que Daza no jugara ningún encuentro oficial en todo el 2020. Pero una nueva exhibición demoledora en el cajón de bateo puso en jaque a la directiva.
“Venía de un año sin jugar en ningún lado, pero siempre me mantuve entrenando, activo, y se vieron los resultados”, explicó Daza. “Es algo bastante emocionante para mi familia y para mí. Ellos son los que han estado conmigo viendo cómo lucho temporada tras temporada”.
El peligro sigue latente. Así como los Rockies no podían enviarlo a las menores sin correr el riesgo de perderlo durante la pretemporada, tampoco podrán hacerlo una vez que comience la contienda; es decir, si la novena decide en algún punto del año que ya no tiene cabida para Daza en el roster activo, de igual forma deberán realizar el temeroso procedimiento.
Así que la presión solo dará descanso por algunas horas, antes de volver a su puje por causar estragos en los próximos meses. Por fortuna para Daza, esta primavera parece haberle dado el antídoto para combatir sus efectos.
“Esto es para mi papá que me ve desde el cielo y para mi hermosa madre que siempre me apoya”, concluyó.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: Denver Post.