El Barcelona se sobrepuso a un gol encajado al inicio del complemento y vino de atrás para rescatar un empate 1-1 ante el Eintracht Frankfurt de Alemania, en la ida de los cuartos de final de la Europa League, con lo que salvó su visita al Deutsche Bank Park y, más importante, firmó un resultado que, aunque no el esperado, le dejó bien parado de cara al desafío de vuelta, fijado para disputarse una semana después.
El conjunto de Xavi Hernández, que llegaba al duelo con una seguidilla de 13 compromisos sin perder –eso en todas las competiciones en las que participa- quería aprovechar su buen momento deportivo para doblegar al elenco germano en su propio campo y así encarrilar la serie, pero se encontró con un rival muy aguerrido, potente en lo físico y ordenado en defensa, que le hizo la vida imposible y le truncó todos los caminos.
Para mayor sufrimiento, aparte de que se consiguió a un oponente que le desactivó en ataque, el Barcelona sufrió a más no poder ante el elenco alemán y sus rapidísimas transiciones, que le llevaron a crear peligro frente al arco español en más de una ocasión.
El VAR anuló un penal a favor del Eintracht Frankfurt
El Eintracht Frankfurt lució ambicioso en ataque y llegó varias veces con muchos hombres al campo blaugrana. En una de esas acciones, al minuto 38, el árbitro pitó penal en una jugada en la que Sergio Busquets parecía derribar al colombiano Rafael Santos Borré, pero corrigió momentos más adelante tras ser advertido por sus compañeros del VAR y revisar la secuencia en el monitor ubicado a un costado de la cancha.
Busquets tocó primero la pelota y después hizo contacto con Borré. Por ello, el principal canceló la sentencia inicial.
A esa altura, el Barcelona ya había hecho un cambio obligado por la lesión de Gerard Piqué. Ingresó Clément Lenglet y se acomodó como zaguero central en una línea de cuatro barcelonista en la que el uruguayo Ronald Araujo había comenzado como lateral derecho ante la lesión de Sergiño Dest y la no inscripción de Danil Alves en esta competencia.
Un golazo de Ansgar Knauff le dio la ventaja al cuadro alemán
El Barcelona se llevó un baldazo de agua fría apenas iniciado el segundo tiempo (minuto 48). El mediocampista Ansgar Knauff anotó un gol de otra galaxia al recoger un rebote en la frontal del área, tras un servicio de esquina, y empalmar el balón de derecha para dejar sin opciones a Marc-André ter Stegen.
Con su ‘bombazo’ Knauff estremeció las gradas y le dio bríos a los 50 mil fanáticos que estaban presentes en el escenario.
Ferran Torres salvó el día para el Barcelona
Al verse debajo en el marcador, Xavi no dudó en enviar al césped a dos de los hombres que han sido claves en la buena racha del equipo. Frenkie de Jong y Ousmane Dembélé, que había comenzado como suplentes por la rotación que aplica el DT para administrar los minutos de sus jugadores, entraron en acción al minuto 61, por Gavi y Adama Traoré, y tuvieron efecto casi que inmediato porque apenas instantes luego de pisar la cancha ayudaron a que el Barcelona consiguiese el anhelado tanto del empate y de la tranquilidad.
Dembélé inició la jugada y luego de Jong y Ferran Torres ejecutaron una doble pared antes de que este último rematase el balón adentro en la culminación de una jugada al puro estilo Barcelona.
El Frankfurt perdió fuelle por algunos minutos, pero volvió a su nivel alto de intensidad con los cambios que introdujo su técnico. Sin embargo, a 12 minutos del final vio como uno de sus defensores, Tuta, recibió una segunda amarilla y abandonaba el campo por expulsión. Allí prácticamente se bajó la persiana del partido.
Todo se definirá en el Campo Nou el jueves 14 de abril. Claro está, el Barcelona tendrá que jugar muchísimo mejor de lo que lo hizo en este primer ‘round’ si es que quiere librarse sin problemas del incómodo rival e instalarse en semifinales.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: Cortesía