Un gol del español Rodrigo Hernández Cascante le permitió al Manchester City destrabar una dura final contra el Inter de Milán para imponerse con un ajustado 1-0 en el estadio Olímpico Atatürk de Estambul (Turquía) y proclamarse monarca de la Champions League, en su edición 2022-23, el trofeo que había procurado desde hace algún tiempo y que finalmente, acto de justicia, aterriza en sus vitrinas.
El tanto del mediocampista nacido en Madrid llegó en la segunda mitad, un preciso remate de derecha, tras un pase atrás de Bernardo Silva, que supo colocar, a borde interno, por un costado de un defensor y entre el palo izquierdo del portero André Onana para inclinar la balanza del lado del club inglés, que refrendó su condición de favorito, aunque mucho más exigido de lo que el pronóstico anticipaba.
Ocurrió al minuto 68 y en una de las pocas ocasiones claras que pudo fabricar el conjunto ciudadano, dentro de una presentación en la que lució incómodo, sin ideas ni brillo, como consecuencia del impresionante despliegue defensivo del Inter y la ejecución de un plan que funcionó por una hora de partido.
El City levanta la ‘Orejona’ por primera vez en su historia y en su segunda final. Dos ediciones atrás llegó al choque definitivo ante el Chelsea y cayó por la mínima diferencia. Finalmente, Pep Guardiola le dio al equipo de capitales árabes la copa por la cual le llevaron como DT por allá en 2016, tras su paso por el Bayern Múnich.
Guardiola agregó otro triplete a su ilustre carrera, toda vez que también ganó la Premier League y la FA Cup.
Inter impuso condiciones al principio
Después de la sangría que supuso la serie ante el Real Madrid, en la que el City dominó con amplia superioridad, destrozando al hasta entonces campeón en ejercicio, el planeta entero anticipaba que la oncena de Manchester, con su nómina llena de estrellas, sería una trituradora ante el modesto Inter.
Pero la película fue totalmente distinta. Con su esquema 5-3-2, el Inter se encargó de cerrarle todos los caminos al City y lo llevó al terreno de la intrascendencia, tanto así que en todo el primer tiempo el gran favorito solo fue capaz de hilvanar una jugada de peligro, un balón filtrado a Erling Haaland y disparo de zurda del noruego que contuvo muy bien Onana.
Notable el esfuerzo de Federico di Marco, el lateral izquierdo que encabezó el accionar defensivo del Inter, prevaleciendo en el duelo particular con Berardo Silva, y además fue punta de lanza para los ataques en transición.
Con el 0-0 terminaron los 45 minutos y la novedad de que una lesión sacó del campo a Kevin De Bruyne, al 34, y le dio ingreso a Phil Foden.
El Manchester City pudo romper el celofán
Los primeros minutos de la etapa complementaria resultaron una copia al carbón de lo que se vio en la primera mitad, con el City sin encontrar claridad en su juego y el Inter bien afianzado en faceta defensiva.
Finalmente, el conjunto ciudadano encontró una rendija para filtrarse y hacer daño. Un descuido en el entramado defensivo, en un retroceso, abrió las puertas para el tanto inglés.
Primero Manuel Akanji con un pase filtrado para Silva y luego el portugués con el balón atrás. Y apareció Rodrigo, un medio con mucha llegada, para pegarle el balón de pierna derecha, derroche de técnica, hacerlo viajar por el único lugar por dónde podía pasar y reventar las mallas para el 1-0.
Llegaba la ventaja, pero quedaba mucho tiempo y el Inter no iba a entregarse tan fácil. Con una ventaja tan corta, el City sufrió hasta el final. Claro que hubiese sido diferente su Foden resolvía mejor un mano a mano con Onana.
El Inter tuvo el empate una y otra vez. Primero un balón frenteado por di Marco se estrelló en el travesaño. Luego, Ederson, con la pierna y con algo de suerte, sacó un remate de cabeza de Lukaku que iba para adentro. Y sobre el mismo final, en el quinto minuto del añadido, el golero brasileño despejó con los puños un cabezazo de un interista, tras el cobro de un tiro de esquina.
Llegó el pitazo final y festejó para el Manchester City, un campeón con justicia de la Champions League, que quizás no tuvo la mejor de sus presentaciones en la gran final, pero fue muy regular en todo el torneo.
Por Carlos José Méndez
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