No es el qué, sino el cómo. Esa es la sensación que dejó Venezuela tras su derrota 3-1 ante Bolivia en la altura de La Paz. El revés en aquella ciudad no es ninguna novedad. Allí ha perdido hasta la Argentina de Lionel Messi, en otros tiempos, claro está. Pero si genera intranquilidad la falta de ideas y un funcionamiento errático, desempeño que está lejos de lo que se espera de un combinado aspirante a un cupo mundialista. “Perdimos todos, empezando por mí”, dijo Peseiro, director técnico de la Vinotinto, para asumir su cuota de responsabilidad.
Es cierto que el entrenador portugués sufrió la baja de importantes figuras para el duelo contra Bolivia. Salomón Rondón, Yeferson Soteldo, Yordan Osorio, Yangel Herrera y Darwin Machís a última hora. A Peseiro le faltó medio equipo y pareció no encontrarle la vuelta al asunto.
Otra cosa fue lo físico. Desde luego, jugar sobre los 3 mil metros de altitud implica un mayor desgaste, pero en otros tiempos, al menos en la época de César Farías, hoy técnico de Bolivia, se encontró la fórmula para contrarrestar ese hándicap en contra.
Una visita a La Paz requiere una planificación especial y no pareció ser el caso en esta oportunidad. Peseiro evitó entrar en profundidades y el análisis del partido lo redujo a lo siguiente: “En conclusión general, Bolivia ha sido mejor que nosotros y por eso ha ganado”.
Peseiro: “Tenemos que ganar el próximo partido”
El revés, cuarto en cinco partidos, dejó a la Vinotinto en situación complicada, pues permanece en zona de colistas y sus rivales directos pueden tomar distancia importante en la tabla de posiciones.
Venezuela solo tiene tres puntos y es noveno en la clasificación, pero puede caer al último lugar si Perú vence a Colombia.
Así las cosas, a la oncena nacional no le queda otra opción que salir vencedora en su próximo duelo, el martes 8 de junio en Caracas, ante la Uruguay de Luis Suárez. Peseiro lo tiene claro.
“Tenemos que ganar el próximo partido, será difícil por el contexto, las bajas que tenemos, pero es lo que debemos hacer”, admitió el portugués.
No hay duda que ese compromiso, aún cuando todavía resta mucho camino en el ciclo clasificatorio, puede meter o sacar a la Vinotinto de la pelea por un boleto a Catar 2022. Por tanto, aunque suene exagerado, será de vida o muerte.
Escrito por: Carlos José Méndez / @CarlitosJMendez
Foto: Cortesía