Por años trabajaron, invirtieron y no pudieron. La estrella se había convertido en una obsesión para el Deportivo La Guaira hasta que Daniel Farías llegó con un plan de trabajo diferente, que con paciencia funcionó.
Diciembre del 2020 será recordado como el mes final de un año fatídico, pero la gran familia Naranja lo tendrá presente como la fecha del triunfo 2-0 frente al Dvo. Táchira para convertirse en Campeón Nacional.
La mezcla de otorgarle protagonismo a la cantera, con la retención de figuras consagradas como Arles Flores, Charlis Ortiz, Aquiles Ocanto y Angelo Peña, fue el antídoto de Farías y la directiva naranja.
La adaptación al ritmo frenético
Se adaptaron perfectamente a la exigencia de jugar un torneo que permitía tres o cuatro días de descanso, gracias a la profundidad de piernas juveniles, frescas y con hambre de protagonismo que había en la banca naranja.
Daniel Farías, haciendo uso de su amplia gama de jugadores, utilizó hasta cuatro esquemas diferentes: 4-4-2, 4-3-3, 4-2-3-1 y 3-4-1-2. Las variantes las tenía y su camaleónico juego fue casi indescifrable para sus rivales del Grupo A, ni por el Carrusel Aurinegro en la final.
Mención a parte para Luis Ángel Sánchez, gerente deportivo del club, por ser visionario en reunir tantos talentos desde las bases para que esta institución sea Campeón Absoluto del FutVE.
La Guaira y un objetivo libertador
Ahora el reto estará en mantener las figuras y compactar un plantel que tendrá en 2021 la responsabilidad de representar a Venezuela en la Copa Libertadores, en Fase de Grupos.
Ya lo habían hecho en Fase 1 y 2 en 2019, ahora vivirían el jugar en el más alto nivel con seis partidos en el grupo que le corresponda.
Ya en 2016 hicieron historia en ser el primer equipo venezolano en jugar octavos de final de Copa Sudamericana. Estar en Libertadores es también un premio a la inversión realizada durante varias campañas consecutivas.
Escrito por: Raúl Zambrano Cabello / @ZambranoPoesia
Foto: Ederik Palencia