En una sola semana el Real Madrid corrió el riesgo de quedar fuera de la Champions League y ceder terreno en La Liga frente a su más odiado rival. Zidane, lejos de preocuparse, afrontó los partidos claves con tranquilidad para que la Casa Blanca tenga fiesta.
Hicieron del estadio Alfredo Di Stefano una fortaleza y allí le hicieron sentir el rigor de jugar de visitante al Liverpool y al FC Barcelona. Sin público, pero con la intensidad que Zidane le imprime a sus dirigidos.
Así despacharon 3 – 1 al Liverpool en la ida, con una gran actuación de Vinicius Junior, y la confianza subió para enfrentar al Barça el pasado sábado por una nueva edición de El Clásico español.
La suerte del campeón o la flor de Zidane
Y ganaron también el duelo contra el FC Barcelona con una exquisita definición de tacón para Benzema, más la fortuna de Kroos al guardar un tiro libre. La «suerte del campeón» le dicen, mientras que en España la llaman: «la flor de Zidane».
Para ganar también se necesita un toque de fortuna y es lo que tuvo el Madrid en Anfield Road para eliminar al Liverpool en los cuartos de final de la Champions League.
Salieron con Fede Valverde de lateral derecho y realizó un trabajo excepcional, le retribuyó la confianza que Zidane depositó en él.
Y salieron vivos de la tormenta ofensiva que provocó el equipo de Jürgen Klopp en las primeras de cambio. Ni Mané o Salah pudieron romper el empate 0 – 0, y jugaron con la desesperación de los ‘reds’ en todo el segundo tiempo.
Zidane sueña con el doblete y no tiene a Sergio Ramos, Raphael Varane, Lucas Vásquez o Eden Hazard disponibles para el afrontar una parte final de foto finish.
Escrito por: Raúl Zambrano Cabello / @RaulZambrano7
Foto: Agencias