Aquella vez que Tokio perdió su sede

El Comité Olímpico Internacional (COI) hizo oficial que los Juegos de Tokio, estipulados para el verano de este año, sean suspendidos por lo menos hasta el 2021, siendo la primera vez en la historia que se van a a realizar en un año impar.

También, de manera inédita se aplazará la realización de unos Juegos Olímpicos, aunque en tres oportunidades se han cancelado por motivos bélicos, como la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Tokio  ya está familiarizado con este tipo de situaciones, pues en 1940 ellos tomarían el testigo dejado por sus aliados fascistas de Alemania Nazi, que llevaron a cabo la edición de Berlín 1936, a pesar del escenario pre-bélico que se cernía sobre el mundo entero.

Tokio ya tenía una organización

A pesar de ya contar un una estructura organizativa y de logística, la invasión del imperio nipón a la provincia china de Manchuria y el trasfondo público de la matanza de Nanking, donde soldados japoneses asesinaron a más de 300 mil chinos, según cifras extraoficiales de aquella época.

El COI decidió en 1938 que la sede debía cambiar de lugar, no tanto como una forma de castigar las acciones del ejército japonés en Asia, sino para preservar la integridad de los atletas, pues en aquellos tiempos este organismo intentaba mantenerse al margen de este tipo de acciones por parte de los gobiernos, dado que su objetivo era unir a las naciones en base al deporte.

Helsinki se erigió como la suplente de Tokio para 1940

Helsinki, Finlandia, fue electa como la suplente de Tokio para el certamen de 1940 y todo estaba encaminado a que esta nación escandinava organizara la cita más importante del deporte. Sin embargo la guerra que dejó a Tokio sin Juegos también hizo lo propio con Europa y Finlandia se vio perjudicada como nación tras la invasión soviética, quienes a la postre se enfrentarían a los nazis alemanes en el transcurso de toda la segunda guerra mundial.

En 1944 tampoco hubo cita olímpica y se tuvo que esperar hasta 1948, cuando Londres encendió el Pebetero de nuevo para reanudar el sueño del barón Pierre de Cubertain, de preservar la hermandad de las naciones, luego de una intensa guerra que dejó más de 60 millones de muertos alrededor del mundo.

Cuatro años después de Londres, Helsinki tuvo su revancha y logró efectuar los Juegos Olímpicos en 1952 y 12 veranos después fue el turno de Tokio, que ya con un Gobierno no militarista, y en tiempos de paz, pudo acoger a todas las delegaciones del planeta para los JJOO de 1964.

Escrito por: Alejandro Jesús Fernández / @AlejoFer1398

Foto: Archivo

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