Yulimar Rojas confiaba en ella. Iván Pedroso, su entrenador, confiaba en ella. Sus piernas, como ella dice, tenían dentro su séptimo título mundial.
Sin embargo, después de entrar a la ronda final como última clasificada en el corte, tras tres nulos y después de dos saltos válidos más de un metro más cortos que su mejor marca (el récord mundial de 15,74 metros), el sexto intento de la venezolana en el Mundial de Atletismo Budapest 2023 se antojaba demasiado crucial para lo que acostumbra una persona que ha ganado el título en todos los Mundiales en los que ha participado.
Pero en él, Yulimar Rojas ha vuelto a ser Yulimar Rojas y ha hecho algo en lo que es experta: ganar. La reina del triple salto no ha perdido su trono y su salto de 15.08 metros le ha dado la medalla de oro. Lo más excepcional de todo no ha sido el título en sí, sino la manera de ganarlo.
Ni siquiera ella recordaba cuándo era la última vez que había sufrido tanto. Luchando mentalmente en todo momento, la mayor certeza de Yulimar Rojas ha sido tan simple como saber quién es ella misma.
«Ha sido una final un poco complicada. Ha sido una competencia rara para mí. Pero siempre he creído en mí. Si algo me caracteriza es que para mí no hay techo, no hay barreras. Sí que es verdad que no me he encontrado y psicológicamente estaba sufriendo. No sé, no lo entiendo, pero sabía que lo tenía. O sea, físicamente sabía que estaba bien, pero tenía que luchar con esa Yulimar que tenía dentro, que no sacaba hasta el último salto», explicó la venezolana en zona mixta.
«Sentí que el público intentó ayudarme de gran forma en el último salto. Y fue magnífico. Estoy contenta de poder conseguirlo, de haber sacado a esa Yulimar guerrera que no se da por vencida ante nada, que a pesar de las dificultades, de las adversidades, siempre da un paso adelante y siempre logra lo que quiere».
Yulimar Rojas no recordaba lo que era sufrir
Yulimar Rojas, de hecho, no tenía como objetivo tanto ganar el Mundial sino cómo hacerlo: batiendo el récord del mundo. Pero esta final le ha devuelto a los básicos, al punto de partida, al disfrute de ganar de manera no tan perfecta. Quizá, emocionalmente, de una manera más humana.
«Esto es algo especial para mí. Yo pensaba que iba a ser una noche especial y me veía saltando durísimo hoy porque me sentía bien. Pero se ha convertido en una noche especial porque tenía muchos años que no sentía eso, que no pasaba por esta dificultad de ganar un título muy, muy, muy trabajado. Hasta nerviosa estaba», aseguró.
«Soy una mujer más feliz ahora porque estoy orgullosa, porque mi corazón está explotando de felicidad y porque estoy satisfecha de que sí se pudo. Y ahora he podido mantener esa racha de títulos consecutivos», continúo Rojas.
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