Gianni Savio, un histórico director deportivo de ciclismo, falleció en Torino, Italia, a los 76 años, tras luchar por varios meses con una enfermedad.
El deceso del ‘gentleman’ del deporte de las bielas ocurrió este último lunes 30 de diciembre. El anuncio de la lamentable noticia lo hicieron las dos hijas del team mánager en una carta enviada a Tuttobiciweb.
Gianni Savio, su primera vez en Venezuela y el fichaje de Sierra
Savio pisó Venezuela por primera vez en 1989. Recibió invitación para que viniese con su equipo al hoy extinto Tour de Las Américas y allí se enamoró de un país con el que desarrollaría un vínculo entrañable por las siguientes tres décadas.
Aquí también comenzó a desarrollar una de las facetas por las cuales sería reconocido: la de cazatalentos. Venía a las carreras de territorio latinoamericano para ganar títulos y también detectar pedalistas con el talento suficiente para competir en el exigente ciclismo europeo.
Su ojo clínico le permitió descubrir, entre otros, a Egan Bernal, a quien sacó de Colombia en 2015 para llevarlo al viejo continente y darle su primera oportunidad, antes de que diese al salto al Sky (después conocido como Team Ineos) y ganase dos de las tres grandes de esta disciplina: Tour de Francia (2019) y Giro de Italia (2021).
Mucho antes de lanzar al estrellato a Bernal, Savio tuvo un primer éxito con un venezolano. En aquella visita inicial al país, en 1989, vio correr al merideño Leonardo Sierra y le gustó tanto lo que vio del escalador andino que lo fichó para el Selle Italia-Eurocar.
La apuesta le dio dividendos a Savio en el corto plazo. Meses después de su fichaje, el orgullo de Santa Cruz de Mora le reportó un histórico triunfo de etapa en el Giro de Italia de 1990 y un lugar en el top10 de la general individual.
En la siguiente edición de la prestigiosa cita italiana también cerró con una buena figuración, al finalizar de séptimo en la tabla individual, segundo entre los jóvenes.
José Rujano y el histórico podio en la ‘corsa rosa’ de 2005
Décadas más tarde, Savio fijó su mirada en otro hijo ilustre de Santa Cruz de Mora, la montañosa localidad merideña. José Rujano, un diminuto pedalista, bajito de peso, que devoraba kilómetros en trepada como pocos, captó la atención del italiano quien no dudó en reclutarlo para su Selle-Italia.
Rujano tenía 20 años cuando acordó con el equipo de Savio y ganó dos ediciones de la Vuelta al Táchira antes de conseguir uno de los mayores logros que registre el archivo histórico del deporte venezolano.
«El Cóndor» se convirtió en el primer corredor de América Latina en subir al podio general del Giro de Italia, tras terminar tercero en la edición de 2005, en la que, además, firmó una victoria de etapa y amarró la siempre bien reputada clasificación de la montaña.
45 segundos le separaron del título. Cerró por debajo de los italianos Paolo Savoldelli, campeón con tiempo global de 91 horas, 25 minutos y 51 segundos, y Gilberto Simoni, segundo a 0:45.
No faltó por aquellos días el toque de polémica. Muchos criticaron a Savio por supuestamente privar a Rujano del título a cambio de una etapa. El merideño era el mejor escalador de aquella edición y podía romper a Savoldelli en una de las porciones montañosas de la segunda semana, pero el director deportivo prefirió frenar al criollo para no arruinar la fuga en solitario del colombiano Iván Parra Pinto, que, en definitiva, cruzó primero en la meta.
Después de esto, la relación entre Savio y Rujano, de amor y odio, sumó más peleas que alegrías hasta que el italiano le cerró las puertas al escalador después que este se retirase sin aparente justificación del Giro de Italia disputado en 2012.
“Es muy triste ver un ciclista como él, el máximo talento que yo tuve en 30 años. Pero su gran valor atlético no fue correspondido por su perfil profesional. Se arruinó solo. Lo descubrimos, lo hicimos progresar de a poco. Llegó al podio del Giro y pensó que era un Dios. Se fue mal del Androni”, dijo Savio en una entrevista años atrás.
Selección nacional, Vuelta al Táchira y su buen trato con la prensa
Gianni Savio fue frecuente invitado en la Vuelta al Táchira, la carrera por etapas más importante del pedalismo nacional y una de las más exigentes de América, y logró seis coronas cuatro corredores: Luis Barroso (1992), Leonardo Sierra (1993), Hernán Darío Muñoz (2003), José Rujano (2004 y 2005) y Jonathan Caicedo, el ecuatoriano que se proclamó campeón en enero pasado con el Team Petrolike, al que el italiano llegó como colaborador, aunque no estuvo en tierras andina pues estaba convaleciente de una fractura de vértebra.
Debido a su estrecha relación con Venezuela, Savio recibió la responsabilidad de ser seleccionador de ruta, en tiempos en que selló una alianza con el Ministerio de Deporte para que diese apoyo económico a su equipo y corriera con bandera tricolor por carreteras de todo el mundo. Manejó las riendas nacionales etre 2008 y 2012 y tuvo la oportunidad de dirigir a los criollos en los Juegos Olímpicos de Beijing y Londres.
Siempre bien vestido de manera elegante, Savio se caracterizó por su cordialidad con la prensa. Sabía que mantener una buena imagen y lograr una amplia difusión era vital para la vigencia de su proyecto.
Cuando venía a las carreras venezolanas, dedicaba mucho tiempo al periodismo. Nunca dijo que no a una conversación, ni en tiempos cuando se le requería para un cuestionamiento a sus estrategias.
Y cuando estaba en Italia y lograba una éxito de relevancia, en tiempos en que las redes sociales tenían poca penetración, tomaba un teléfono y llamaba a cronistas nacionales para dar cuenta de sus conquistas.
Se va Gianni Savio, un caballero. Y toca decirle: gracias por siempre honrar la carrera.
Por Carlos José Méndez
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