Por primera vez en su carrera profesional, Omar Morales estuvo del lado oscuro de una finalización dentro del octágono. El trago amargo llegó en su décimo tercera pelea en las artes marciales mixtas y quinta como miembro de la Ultimate Fighting Championship.
Morales fue el encargado de abrir la cartelera del evento «UFC 266» que tuvo lugar en Las Vegas este sábado, en un combate que lo puso cara a cara con el norteamericano Jonathan Pearce (11-4-0).
Luego de conectar un par de golpes importantes a comienzos del primer round, el caraqueño parecía estar estableciendo su ritmo en la pelea, pero la situación cambió por completo en la segunda parte de ese asalto, cuando Pearce comenzó a forzar el «clinch» contra la jaula y consiguió derribar a Morales en varias oportunidades, aunque sin mayor peligro de completar una llave de rendición.
En el primer descanso entre rounds, se pudo observar un severo desgaste por parte del criollo, producto de los incontables intentos por evitar derribos de Pearce durante los minutos iniciales del choque.
Desde el comienzo del segundo asalto, el peleador oriundo de Johnson City regresó a la estrategia de llevar el duelo a la lona y tras varios intentos de cerrar una llave, finalmente sacó provecho del cansancio en los brazos de Morales para completar una «rear naked choked» que obligó a rendirse al venezolano a los 3:31 minutos del segundo round.
Falló el plan:
«Lamentablemente no pude llevarme la victoria hoy (sábado). No me sentí bien de fuerza en el combate«, explicó Morales en su cuenta de Instagram posteriormente. «Mi estrategia era de una pelea de golpes y mi contrincante salió con una buena estrategia de lucha que logró agotarme muy rápido los brazos. A pesar de que traté de alguna manera de remontar en el combate y conseguir alguna sumisión, en verdad me sentí agotado», añadió.
Este revés fue el segundo en cinco peleas para el «Venezuelan Fighter» en la UFC y ambas han llegado desde que decidió cambiar de categorías, de peso ligero (155 libras) a pluma (145). Morales ha señalado de forma repetitiva que, a pesar de estar invicto en su división original, optó por el movimiento con el objetivo de escalar con mayor rapidez el ranking, pues consideró que en el peso pluma tendría un camino menos rocoso para hacerlo.
Sin embargo, tras su revés ante Giga Chikadze por decisión unánime en su estreno en la división en octubre de 2020, y ahora este frente a Pearce, el «striker» asomó la posibilidad de regresar a la categoría peso ligero para su próxima contienda.
«Creo que sí me pegó el corte de peso bastante. No quiero poner excusas, mi oponente fue mejor, pero esto me hace pensar en regresar a las 155 libras, porque no quiero sentirme agotado nuevamente», explicó.
Morales, quien cumplirá 36 años de edad en el venidero mes de octubre, finalizó diciendo que no sufrió ninguna lesión durante su combate contra Pearce, por lo que espera estar de vuelta tan pronto como sea posible, sea en la categoría que sea.
«Estoy bien, no tengo ninguna lesión. Salí perfectamente de esta pelea. Mi oponente intercambió pocos golpes, pero trabajó bien su lucha y logró agotarme como dije. No tengo lesiones, ni golpes en la cara. Me siento bien, así que volveré pronto y seguiré trabajando fuerte», concluyó.
Previo a esta batalla, el capitalino había asegurado que ya se sentía cómodo en la categoría de 145 libras, luego de reponerse de la derrota ante Chikadze con un triunfo por decisión unánime frente a Shane Young el 27 de marzo.
Escrito por: Andrés Espinoza Anchieta | @AndresEspinoza
Foto: USA Today Sports.